Por Giovanni Cegarra – Venezuela
La afición se engrandece más, cuando se topa uno, en estos abaratares difíciles de nuestra Fiesta Brava, a niños, niñas y adolescentes, que de pequeños, por arraigo familiar, llevan sembrado dentro de su humanidad, el gusanillo taurino, que les despierta el apetito de convertirse en toreros.