Por Jorge García R. – Ecuador
Cuando uno vive lejos de España, es raro que todos los aficionados taurinos ecuatorianos puedan viajar al viejo continente para mirar la feria taurina de San Isidro.
Entonces, tenemos que mirar la feria más importante del mundo, a través de la televisión.
Por esa razón, muchas de las situaciones que se dan en el ruedo de Las Ventas, es posible que se vean con alguna situación cambiadas, de lo que miran quienes está presentes en la Monumental de Madrid. Lo que ustedes leerán a continuación, será lo que yo, desde mi hermoso y adorado Quito, capital de los ecuatorianos en el nuevo continente, haya interpretado de lo que vi.
UN TORITO QUE CUMPLIÓ Y UN TORERO QUE PUDO HACER MÁS. BRONCA A USÍA
Ginés Marín tuvo la suerte que no lo tuvieron sus compañeros pues, le correspondió el mejor lote de una floja corrida de toros. Cortó una oreja pero, pudieron haber sido las dos y la salida en hombros por la puerta grande. Pero, pese a que comenzó muy bien con el capote y todo hacía pensar que sería la tarde soñada, esto no ocurrió así, ya que, pese al noble toro de Domingo Hernández de nombre “Poeta”, que fue la delicia de la tarde pues, humilló, fue encastado, noble y con fijeza al que el torero inició excelentemente su faena pero, no pudo darle el remate final, cuando tenía las dos orejas en sus manos. Estuvo a un pasito de armar la grande. Sin embargo, fue una faena que, al final, terminó con una gran bronca a Usía que, consideró que solo le habían pedido los aficionados una oreja.
Siempre estará en cada espectador su propio criterio pero, esta bronca armada a la Presidencia de plaza, siempre podrá ser justificada por cada uno de los aficionados: unos que estaban de acuerdo con Usía y, otros no.
GANADO MANSO, NO APTO PARA MENORES
Aunque parezca paradójico, es real. Tres novilleros de igual número de nacionalidades (portuguesa, española y mexicana), se enfrentaron a seis astados de Fuente Ymbro mansos y que –casi siempre- se defendieron, lo que imposibilitó a los alternantes cumplir como ellos lo deseaban pues, siempre estuvo por delante el ánimo de triunfar, lamentablemente, con novillos que se los impidieron. Los jóvenes dominaban algo de la técnica, seguramente, contando con la complicidad del toro de este tiempo, que siempre colabora con su matador y le permiten decenas de pases. (?)
De los tres alternantes, el mexicano Diego San Román, fue el que mejor pudo con sus adversarios pues, aguantó las malas ideas de los astados y, pese a haber sido levantado por tres ocasiones, llegó al respetable, quien con sus palmas lo reconoció.
LOS TOROS, NUEVAMENTE LO PEOR
El encierro de Las Ramblas fue lo peor que le pudo ocurrir a esta corrida que, con media plaza en su aforo, presenció una nueva decepción para los aficionados que concurrieron a Las Ventas, donde Morenito de Aranda tuvo que vérselas con los peores de lo malo de esta ganadería catalana -sin tener ninguna culpa- le correspondió pasar muchos riesgos sin poder entregar al respetable lo que él quería. Juan del álamo tuvo en sus manos lo menos malo de la tarde, sobre todo en su primero. Mientras que, Tomás Campos se arriesgó mucho en el tercero, fue cogido dos veces por el astado pero, felizmente, en ninguna oportunidad tuvo que lamentar una herida. Los alternantes trataron de cumplir pero, con esos astados nadie podía hacer nada. DESAPROVECHAR UN TORO Y RECIBIR UNA PALIZA
Los alternantes muy interesantes. Antonio Ferrera luego de su gran triunfo en la misma plaza. Miguel Ángel Perera y su cartel. Y, Alberto López Simón que volvía. Lidiando una pésima corrida del Puerto de San Lorenzo, con la única excepción del tercero de la tarde que, los desaprovechó el torero más nuevo, cuando pudo hacer una gran faena y cortarle por lo menos una oreja. El comienzo fue emotivo pero, poco a poco dejó el tipo de toreo que todos creíamos que veríamos a López Simón, para dar pases sin mayor ligazón y, sufrir una voltereta espectacular. Con la espada mal.
Ferrera de buen comienzo, se tocó con la mansedumbre de sus enemigos, sobre todo, al no poder conseguir ni un pase más. Poco se vio a Perera, por lo que, el público vio en sus ojos, aquel lema tan taurino que dice: “corrida de expectación, resultado de desilusión”.
Cartel grande de toros este vigesimocuarto de feria, noveno bombo, que emparejó a Antonio Ferrera con el hierro salmantino del Puerto de San Lorenzo, un clásico de Las Ventas. Un Ferrera que descendió de la apoteosis del pasado sábado y esas tres orejas y media cortadas a la corrida de Zalduendo, acompañado de la primera puerta grande de esta feria, Miguel Ángel Perera y de un renacido López Simón que va a más.
CON LOS ALCURRUCÉN, NADIE PUEDE HACER NADA
Pesada, cansada y aburrida la corrida con toreros que querían hacer lo que saben pero, nada pudieron con estos malos astados de Alcurrucén y, una tarde más para olvidar. Le mansada, con el peligro del toro que no es bravo, hizo imposible lo que habían planificado los diestros. Los dos más antiguos de la terna, recibieron un saludo del aficionado, por la buena forma de torear (por lo menos intentaron). Ferrera quiso realizar una buena faena, como lo había realizado el día de su triunfo pero, las violentas embestidas de uno de los mansos que lidió, terminó con unos pocos naturales que fueron realmente buenos.
Pese al clasismo en su toreo y, la calidad que demuestra siempre que tiene frente a él a un toro bravo, Diego Urdiales estuvo aseado con algunos lances a la verónica y, derechazos hermosos y artísticos naturales. Sin embargo, el toro nunca tuvo trasmisión que requería la faena para conseguir el máximo apogeo. El astado no contribuyó al éxito de Urdiales que, pese a ello, mostró en Las Ventas su torería de torero clásico y bueno. En esta ocasión estuvo bien con la toledana, pasaportando a sus dos adversarios pero, con ese ganado, nadie podía hacer nada. Ginés Marín, no pudo y, a final, solo el silencio total.
PRIMERA AMAZONA POR LA PUERTA GRANDE DE LAS VENTAS
Me parece que es destacable el triunfo de la rejoneadora francesa Lea Vicens, cuando cortando una oreja a cada uno de dos de los toros que le correspondieron en suerte, salió en hombros de los aficionados por la puerta grande de la plaza de toros más importante del mundo taurino, Las Ventas, siendo la primera mujer amazona en conseguirlo.
Estuvo bastante bien en su actuación, demostrando mucha garra al no querer dejarse ganar la pelea y, ayudada por una hermosa cuadra de caballos toreros. El ganado de El Capea y Carmen Lorenzo cumplieron para el triunfo de los alternantes.
UNA OREJA POR VALOR Y UNA POR EL ARTE Y CALIDAD
La corrida Baltasar Ibán (y un toro de Montealto) fue nefasta, con la excepción del cuarto de la tarde que, a diferencia de sus hermanos de camada, permitió algunos muletazos interesantes. Curro Díaz toreo como los buenos, con arte, sentimiento y torería, dando una señal importante para la afición madrileña. En cambio, Román Collado fue parte destacada de la tarde, por su base de valor puesto a cada momento durante la lidia de sus enemigos. Los dos toreros, pese a que pudieron aliviarse totalmente, terminando con los astados sin mayor apremio, dieron la cara y, lamentablemente, Román recibió una grave cornada en su muslo derecho. Un apéndice cada uno, el primero por su arte y calidad y, el segundo por su gran valor. Pepe Moral estuvo discreto, ya que, pese a tener un astado que algo permitía, al final, nada de nada.
NUEVAMENTE MALOS TOROS Y UNA NUEVA CORNADA
Mal ganado de El Ventorrillo, para tres toreros que, lamentablemente, “no pesan” ni de lejos lo de las figuras: Eugenio de Mora, Sebastián Ritter y Francisco José Espada, ya que, con ese ganado, nunca de los nuncas se anunciarán las figuras. De Mora cortó una oreja, en una faena con las dos manos, aunque ese astado debió torear Ritter que, no lo pudo hacer porque fue herido, tratándose del único astado que embistió a medias. Espada algo demostró en su lote pero, no lo suficiente para llegar al éxito. Pobres toreros quienes no son del grupo élite pues, para ellos, -por el embudo de los sustos-, siempre saldrán toros sin posibilidades. Ojalá haya cambios.
TORO BUENO, MATADOR: ASÍ, ASÍ.. (?)
Fernando Robleño ha actuado como los buenos. Siempre le ha correspondido lidiar astados difíciles y con mucho peligro. Enfrentó al primero sin dar paso a torcer y, lo pasaportó con un soberbio espadazo. Su segundo más peligroso, tuvo momentos interesantes que le permitieron dar a conocer a los aficionados todo lo que puede, pese a lo cual, cuando le toman en cuenta, siempre le toca “bailar con la más fea”. Iván Vicente lidio dos toros distintos. El primero peligroso a no poder pero, el segundo no era malo pero, lamentablemente, no lo entendió nunca.
Sin embargo, el tercer astado del hierro de Valdellán, fue de aquellos astados que les encantaba torear a las verdaderas figuras del toreo. Cristian Escribano fue el afortunado con ese bravo burel que, nunca dejó de embestir, poniéndole en apuros, ya que, por su falta de capacidad torera, no sabía qué hacer con tan buen animal. Creo que si hubiera caído ese hermoso astado en otras manos, otro pudo haber sido el final. Lo cierto es, que dejó pasar una gran oportunidad para triunfar –nada menos que en la fiesta de San Isidro, en Las Ventas-. Pero, cuando todos los presentes y quienes estábamos distante, a través de la televisión, pensábamos que el triunfo era inevitable. Todos nos equivocamos, siendo una verdadera pena lo ocurrido. En su segundo enemigo, tuvo también algunas oportunidades de hacer algo mejor pero, al final de cuentas, nada, nada, nada. Es decir, un torero, así nomás.
EL REY PRESENTE. TOROS SOSOS Y PELIGROSOS. URDIALES Y VENTURA: LO MEJOR
Nadie puede dudar de lo que representa Diego Ventura en el mundo del rejoneo pues, todos conocemos que –al momento- es el mejor y, por lo tanto, pese a que los astados que lidió fueron de poca calidad, cortó una oreja y dio muestras del dominio que tiene con su cuadra de caballos toreros. Pero, a pie pudimos disfrutar de otro Diego, esta vez Urdiales que, como siempre lo hace y lo demuestra al mundo entero, su tauromaquia es de corte y estilo puro y, los verdaderos aficionados, vivimos ese toreo que pocos lo hacen en el planeta.
Y, es así, que el torero de Arnedo, pese a tener al frente a un astado difícil, complicado y peligroso, sacó todo su bagaje de conocimientos y brindó una faena pura, torera y poderosa, que hizo llegar al clímax en el sentimiento, la pasión y el torerismo, durante cada uno de sus pases con la muleta en las dos manos. Su segundo enemigo fue más encastado, y volvió a presentar otra gran faena que, estoy seguro, fue a gusto de su Majestad Felipe VI que, dio lustre a esta corrida con su presencia. Lamentable la cornada a Víctor Hugo, de la cuadrilla de Urdiales. El Juli poco pudo hacer con su lote.
HICIERON LO QUE LOS TOROS PERMITIERON
Los tres alternantes: Rafaelillo, López Cháves y Octavio Chacón, hicieron lo que el mal ganado les permitió. Sin embargo, López Cháves logró obtener varios naturales al quinto de la tarde pues, por lo menos, algo de lo que el público deseaba, pudo interpretarlo. Los astados de Cuadri, sin raza, peligrosos aunque, eso sí, gordos y nada más. Es decir, otra tarde en la que no hubo triunfadores pues, el ganado fue una vez más malo.
TOROS DE FUENTE YMBRO MANSOS
Con los mansos de Fuente Ymbro y uno del Conde de Mayalde, actuaron Morenito de Aranda, Pepe Moral y José Garrido. El primer diestro nada puso hacer con estos mansos, peligrosos y sosos. Moral destacó con el quinto, mientras que, Garrido trató de sacar el mejor provecho, especialmente con el tercero.
EL TORERO SALVÓ LA TARDE
Nuevamente, el ganado de Victorianos de Río mansos, sosos y con dificultades. Pero, pese a tener figuras como alternantes, Paco Ureña –pese a haber sufrido un revolcón- que lo llevó a la enfermería, apareció una vez más en la plaza de Las Ventas y, comenzó a torear con la pureza y verdad, en el último astado, para que la gente que esperaba mucho más de Sebastián Castella y Andrés Roca Rey, se deleitó de una faena maravillosa, tanto con el capone como con la muleta en las dos manos. Paco en gran forma y, el pedido del respetable fue masivo, hasta que le entregaron las dos orejas y pudo salir en hombros por la puerta grande.
Felicidad para los presentes y, también para quienes a la distancia, ya que, vivimos momentos de enorme sentimiento ante la clase de torear bien de Ureña.
BUENOS TOROS DE SANTIAGO DOMECQ: NINGUNA OREJA
Terminó la feria de San Isidro del presente año y, al fin, buenos toros de Santiago Domecq, aunque salvo lo poco que se pudo ver con Pablo Aguado, el resto nada y nada. Pablo Aguado en su primer astado hizo observar lo que tiene adentro pero, fue herido al entrar a matar. El sexto en manos de El Fandi, que fue de lo mejor que ha pasado por Las Ventas en este año, no pudo sacarle el provecho que debía pues, todos conocemos que se trata de un rehiletero de gran prestigio pero, ese toro, pudo haberse ido desorejado al chiquero, si su matador original lo hubiera lidiado. Aguado dejó ver su gran calidad, tanto con el capote como con la muleta, en sus dos manos. Verónicas y chicuelinas lentas levantó al respetable y, con derechazos y naturales lentos y con mando. Lamentablemente, al ingresar a matar, fue herido y tuvo que ir a la enfermería. López Simón, silencio.
DIOS MEDIANTE, HASTA EL PRÓXIMO AÑO
Si Dios no dispone otra cosa, espero volver el próximo año, para poder comentar cosas que sobresalen, en este espacio de Visto Por La Tele, desde mi hermoso país Ecuador, ubicado en Sudamérica y en la mitad del mundo. Hasta entonces.