Por Jean-Charles Olvera - España
Siguen saliendo lotes de Fuente Ymbro en Las Ventas, pero sin parecerse, como si fuesen de otra ganadería.
Esta vez decepcionaron los novillos de Ricardo Gallardo tras la buena nota dejada por sus toros en la corrida del domingo 21 de mayo con Leo Valadez, Adrián de Torres y Juan Leal.
Los novillos de esta tarde salieron desrazados, deslucidos y con poco fondo, menos el encastado cuarto, el único que tenía movilidad y genio por dominar. Muy limitados de presentación, justos y correctos de hechuras en su conjunto para la plaza de Madrid, también algún que otro feo de cara como el quinto.
Sin el elemento toro, aquí novillos, poco pudieron lucirse los novilleros en una tarde en el que otro elemento, climático esta vez, tampoco ayudó.
Tuvimos en efecto que soportar hasta el cuarto novillo una llovizna regular y continua, como si estuviésemos a orillas del Nervión, que fue bastante desagradable y que enfrió un ambiente que nunca despegó. Estábamos en Las Ventas, pero era como si estuviésemos en el entierro de un familiar lejano: nos importa pero no cambia nada en nuestra vida. Aquí lo mismo. Estábamos sin realmente estar.
Del elemento humano, sólo Víctor Hernández hubiera podido lucirse si no hubiese dejado irse el único novillo con movilidad, nobleza y codicia, de nombre ‘Ibicenco’, que salió en cuarto lugar y que fue ovacionado en el arrastre. Pagó factura de la exagerada salida a hombros de la pasada temporada en este coso, los aficionados mirándole esta vez con la lupa por ser novillero puntero. Sin sitio, abusando del pico, sin mando, el novillo terminó con defectos sin que el novillero los corrigiera, como ese cabeceo molesto en el fin de faena.
Poco más que una serie templada por derechazos pudo hacer con su primer novillo, de poca clase, noblote pero bravo tras propinar el único batacazo a caballo y picador de la tarde.
Detalles de calidad de Álvaro Burdiel
Alvaro Burdiel fue el que más gustó. Tiene ese pellizco singular que le da esa personalidad interesante frente al novillo. Solo que esta tarde no pudo expresarse como nos hubiera gustado. Bien con sus lances al capote por verónicas y una media al segundo de la tarde que se apagó en faena. También acertó con sus verónicas con una rodilla en tierra rematada por otra media. Su inicio de rodillas al quinto lo hizo más que otra cosa para animar la que ya era una tarde pesada. El resto de su faena resultó anodina por la imposible ligazón al novillo que se vino a menos.
En cuanto al último novillero, el rubio y longilíneo francés, Lalo de María, que se presentaba en Las Ventas, quedó inédito con dos novillos de pocas opciones, por no decir ninguna. No obstante, y de lo poco visto, fue recriminado por su mala colocación al tercero y salió levemente herido en la nariz tras matar al cierraplaza. Una tímida presentación dinástica (es hijo de la rejoneadora María Sara) que no levantó las dudas sobre este novillero que surge con una carrera protegida y tras triunfar en la triunfalista Nîmes el pasado fin de semana.
Total, ningún elemento fue a favor esta tarde, más bien todos en contra, entre unos novillos desrazados, unos novilleros fuera de sitio o toreando a contra estilo, en un ambiente gélido y con sirimiri madrileño incluido. Parece que seguirá la temporada de lluvias. Ojalá se vengan arriba los ánimos y mejoren los elementos.