Por Máximo de la Peña - España
Estamos ante un ataque más a la cultura y las tradiciones del pueblo español. La ignorancia y la incultura no entienden de libertad.
Todo ser vivo tiene derecho a vivir. Y a morir sin que le maten. Empezando por los seres humanos que son los únicos que tienen protegidos sus derechos jurídicamente. El resto de los animales unos se matan a otros para poder subsistir. Los humanos también matamos seres vivos para terminar con el hambre, que es la forma más cruel para morir.
Picasso en su relación con los toros y los pinceles
Y hoy nos encontramos con los cultos de la incultura que no entienden el arte de la cultura española de la Tauromaquia, reconocida como bien Cultural. Tachándola de maltrato animal, como si fuera el único maltrato que existe en la sociedad. El arte de torear esta unido con la vida, la gloria, la suerte o la muerte. Es un rayo cargado de verdad.
Donde en este mundo de apariencias y alegrías artificiales, que se oculta el dolor y la muerte real. Se abre por un instante la puerta blindada entre el circo político y el Mas Allá, para miles de seres humanos sin derechos jurídicos. Y lo público no toma conciencia de la muerte.
No hay verdad más rotunda que la muerte. Y esa pone en movimiento todas las demás. Por eso odian la Tauromaquia los más radicales de esta sociedad de los incultos que se dice moderna, esos del social- comunismo redentor. Todo lo que tenga verdad es un peligro para su dominio blando con el pensamiento débil. Los sentimientos faciales son anestesia perfecta para evitar ver las verdades duras y toda demanda intelectual de las mismas. Las verdades de la realidad humana se sustituyen con ocurrencias y pasatiempos pagados con dinero público, no para trabajar y producir, sino para engañar a la juventud con efectos devastadores.
Si les ilusionan con humo les ciegan la libertad para realizarse, y les dan la limosna ideológica sin ninguna verdad por delante. Prohibido decir verdades. Bajo castigo, nada de cara a la pared, sino de muerte civil sin futuro. Para tenerlo, consumase potitos de ecologismo, sopitas de animalismo y pastillas de fascismo comunista que algunos les hace sentirse bien. Y nada de cultura, ni de toros ni de Dios, muchos purés de igualitarismo que es el mayor enemigo del hombre libre y la mejor arma del totalitarismo…