Por Jorge García R. – Ecuador
Como una ingrata sorpresa hemos recibido desde la Madre Patria la noticia de que los actuales mandatarios del país están alistándose para sacar la “Ley de Protección Animal”.
Que, lamentablemente, está dirigida a terminar poco a poco con la tauromaquia pero, eso sí, como simples sátrapas que son, en “forma disimulada.
Es así que algunos comentaristas taurinos dicen que la mencionada ley ha sido “acordada entre el PSOE y Podemos” y que ha sido redactada en sus bases generales, y que, textualmente, habla de la “garantía de un trato digno a los animales, sin discriminar o reconocer al toro de lidia, aunque no aparece en la tipología legal de los animales: animal doméstico, de compañía, fauna salvaje autóctona, animal de compañía exótico, animal abandonado, animal perdido, animal salvaje urbano, animal asilvestrado, animal de núcleo zoológico, animal de centro de cría y animal de competición o carrera” pero, no especifica la existencia explícita de un animal de lidia o animal para la tauromaquia, evitando así el trato específico legal para el toro bravo.
Señalan, igualmente, que a la redacción de ese “trato digno” considerará delito, todo acto de “mal trato” para todo tipo de animal, sin detenerse en una visión especial o exclusión del toro para el desarrollo de la Tauromaquia en cuanto a la corrida de toros actual se refiere.
Sin embargo, según lo dicen los conocedores del idioma, “La tauromaquia (del idioma griego ταῦρος, taūros 'toro', y μάχομαι, máchomai 'luchar') se define como: «el arte de lidiar toros», tanto a pie como a caballo, sus antecedentes se remontan a la Edad de Bronce. La tauromaquia reúne el concepto y las reglas que definen el arte de lidiar o toreo, un arte que nació en España del que se tiene constancia en el siglo XI con la celebración de festejos taurinos en Ávila y en Zamora en el siglo XIII. La forma más conocida de tauromaquia es la corrida de toros cuya expresión más moderna surgió en el siglo XVIII. La Tauromaquia es además el nombre que reciben las obras o libros que tratan sobre la misma y en los que se desarrollan dichas reglas del torero”.
¿Acaso hay algo más hermoso?
Esto quiere decir, que la historia taurina en España se inicia hace mil cien años. Y, a quien no le guste, eso representa una historia increíblemente larga, para que, en pleno siglo XXI, cuando se suponía que la gente es mucho más inteligente y capaz de pensar mejor, lo que se trata es de acabar en la forma más despiadada y mediocre pues, al parecer, quienes ahora gobiernan ese maravilloso país, no solo son acomplejados, sino mediocres de baja ralea.
Desde Ecuador, un hermoso país ubicado en Sudamérica y en la mitad del mundo, deseamos que toda esta “peste intelectual” no llegue a concluirse, pese a que ya muchos “seudo políticos mediocres de izquierda, trataron de acabar con la poca tauromaquia existente, si lo comparamos con lo que sí existe en España, Francia y México, donde también estos “enfermos mentales”, han tratado de eliminarla porque, lamentablemente para ellos, su poca masa gris, no les permite entender el verdadero arte de la tauromaquia, durante la encantadora fiesta brava. Ojalá todo se solucione y todo aparezca como un obstáculo más. Que Dios reparta suerte.