Por Jorge Eduardo - México
De nuevo hubo bravura y trapío, otra vez le hicieron frente toreros con posibilidades pero francas carencias, de nuevo hubo pifias en la autoridad y de nuevo fue un festejo en familia.
La idea de éxito es por demás subjetiva. Según el observador, los resultados de cierto emprendimiento pueden considerarse de formas muy distintas.
Por ejemplo, ¿Cuál es el rasero, cuáles los elementos para juzgar esta temporada? ¿Acaso por su éxito taquillero, económico o de difusión? En ese ámbito, se trató de una temporada que comenzó con entradas que rondaban las cinco mil personas y en el que debiera ser su punto culminante reunió, si acaso, a 2,500 diletantes. Sin radio, sin televisión, sin la menor visibilidad en las calles, en los mercados, en el transporte público ni en ningún sitio.
La carta fuerte de la empresa fue promover con fuerza una “pamplonada” en las rampas de acceso antes del primer festejo de temporada, lo que daba esperanzas de que este serial no sufriera el abandono que, desde hace mucho, impusieron los promotores taurinos a las temporadas de novilladas. Sin embargo, de a poco volvimos al dejo burocrático con el que la empresa de Rafael Herrerías sentenció a los festejos menores desde hace muchos años.
A fuerza de costumbre, pudiéramos decir, a la normalidad. Es decir, a lo que teníamos antes de pandemias, suspensiones y demás infortunios recientes.
¿Debiéramos juzgarla por sus resultados taurinos? Este espacio no tiene ninguna pretención de hacer “tauromancia” o alguna otra arte adivinatoria, pero hace meses señalé que el único rubro firme de la programación era el de los encierros anunciados. Bien, pues se ofreció casta y bravura con tal consistencia que superó al más optimista de los pronósticos. Sin embargo, tampoco se hizo el esfuerzo de difundirlo al gran público.
En cuanto a los toreros, también adelanté que para la mayoría de los chicos presentárse en la Plaza México sería un cambio radical de escala respecto a su rodaje previo. Pues bien, los resultados no pudieron ser más deseperanzadores. Luego de ver desfilar a 30 novilleros, el rimbombante membrete de “novilladas de triunfadores” bien podría cambiarse por el de “novilladas de la memoria”: ¿Se acuerda usted de este muchacho que toreó hace meses?
Pudiéramos concluir, si se trataba de ofrecer una radiografía del estado de la tauromaquia nacional, no lo pudieron hacer mejor. Si se trataba de que algún novillero funcionara, pues…
En fin, que el domingo 6 de octubre se ofreció la segunda novillada de triunfadores, con toda discreción y humildad, en presencia de los aficionados cabales y de familiares de los novilleros. Ante un cielo encapotado y amenazante de lluvia saltaron al ruedo seis novillos de San Martín, la otrora ganadería de Chafik y Miaja, hoy en manos de la casa Bailleres.
La novillada resultó seria de presentación, todos los utreros tuvieron la característica de ser muy largos de caja. En cuanto al juego, los seis tuvieron peligro y complicaciones, a las que les hicieron frente de maneras diferentes y con resultado disímiles los siguientes novilleros.

José María Mendoza al natural citando de frente
José María Mendoza, quien se presentó el 28 de julio,tuvo momentos de mucha firmeza con el abreplaza, sobre todo por el lado izquierdo por el que citó al natural completamente de frente al toro para extraer los muletazos de uno en uno. Sin embargo, poco conectó con el público que además le reprochó que batallara por el lado derecho. Fue invitado a saludar en el tercio con justicia.
El cuarto fue el negrito en el arroz, un novillo negro y muy bien presentado que se encorvaba al tomar la muleta. Mendoza porfió por un buen rato, tal vez demasiado rato, sin lograr más recompensa que algún derechazo suelto. Escuchó dos avisos.
Jesús Sosa repitió luego de su actuación del 21 de julio y fue el mejor librado del festejo. Lució mucho toreando de capa al segundo de la tarde, sobre todo a la verónica rematando con dos medias. Con la muleta se puso muy en el sitio y aguntó una barbaridad a un novillo que tendía a vencerse mucho. Claro, con verdor, pero también apuntando buenas cosas. Mató de estocada y cortó una oreja.
El quinto era un novillo con teclas, tenía calidad en la embestida pero también aspereza al volver a los avíos, sobre todo cuando Sosa intentaba ligarle. El tlaxcalteca no estuvo tan claro de procedimientos, pero logró algunos buenos muletazos y al final convenció a la gente con valor y arrojo. Falló con los aceros y escuchó dos recados más de la autoridad.
Axel López regresó al embudo luego de actuar el 1 de septiembre y tuvo una tarde complicada en la que vimos su concepto pinturero y elegante, pero también un cierto grado de dudas que evitaron que sus trasteos tuvieran solidez. El tercer novillo también fue potable y, luego de ejecutar un buen tercio de banderillas, López le ejecutó una larga faena derechista sin mucha sustancia, en la que además la autoridad representada por Enrique Braun le regaló cuatro minutotes antes del primer aviso.
Para el sexto invitó a banderillear a Sosa, que colocó un muy buen par de banderillas, el único que puso en la tarde. Tampoco rodaron las cosas de la mejor manera y López intentó arrimón sin mucho resultado. Incluso se llevó un arropón estando en esas. Un aviso más.
Gerardo Angelino puso un estupendo par de banderillas dando todas las ventajas al segundo de la tarde. Gustavo Escobedo puso uno más muy expuesto y, al volver Angelino para cerrar el tercio, se llevó un arropón terrible que parecía una cornada de susto grande. Afortunadamente, solo fue atendido de los golpes que recibió y volvió a bregar al quinto.
En fin, que esa fue la temporada de novilladas 2024. Como siempre, fue un placer tenerla completa para usted, amigo lector de esta casa, OpiniónyToros que ahora cumple 20 años en la web. En vías de mientras, en la Plaza México terminaron las tardes de humildad. Se acerca el relumbrón de las corridas y con ellas se esfuman nombres como el de San Marcos, San Martín, Fernando Lomelí, Gonzalo Iturbe, La Playa o Tenopala y se barruntan en el horizonte las ganaderías “de garantías” que tanto padecemos en esta plaza.
No hacemos “tauromancia”, pero respondiendo a la pregunta que hice antes, se me hace que el listón ganadero quedó muy alto…
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