Por Jorge Eduardo - México
La autoridad también premió con arrastre lento al abreplaza de Campo Hermoso sin la anuencia del público. Buenos detalles de Caballero y García.
Unas siete mil personas asistieron a la Plaza México bajo el tremendo sol cenital este domingo 18 de agosto. Los novillos guanajuatenses de Campo Hermoso, bien presentados y bonitos de tipo, tuvieron juego de mansos y descastados, a veces sosos y huidizos.
Sin embargo, hubo reses con posibilidades como el primero, premiado con un arrastre lento exagerado que provocó pitos antes que palmas y el tercero de la función.
Hizo de primer espada Manuel Caballero hijo, retoño del albaceteño que fuera ídolo en esta plaza. El hispano estuvo correcto, técnicamente solvente, pero con problemas para conectar con el tendido a pesar de la buena condición del novillo. No fue hasta entrada la faena que logró una buena tanda de naturales y de inmediato otra de derechazos que provocaron los primeros olés de la tarde. Falló con los aceros y todo quedó en palmas.
Con el cuarto, un colorado descastado y con problemas para desplazarse, tal vez recrudecidos por el porrazo que se dio al saltar al callejón, poco pudo hacer el castellano. Manuel se alargó un tanto en una labor sin trascendencia. Pasaportó con el verduguillo.
Gran expectación causó la presentación de Bruno Aloi en la Monumental. El capitalino lleva a cuestas un bagaje importante como hijo y hermano de rejoneador, así como nieto de ganadero. Pero además cuenta entre sus virtudes con mucho valor, desparpajo, arrojo y personalidad, lo que sin duda le convierte en el más prometedor de los novilleros.
Sin embargo, pareciera que mucha gente asistió a la plaza con la idea preconcebida de que todo lo que hiciese el debutante sería asombroso, lo que no necesariamente ocurrió. Por ejemplo, luego de lidiar al segundo de la tarde hubo algo de petición de oreja a pesar de que el novillo fue un manso con la cabeza por los aires con el que poco pudo lucir Bruno.
Bruno Aloi, el novillero del que todos hablan
Con el quinto hubo pasajes de solidez taurina y artística de Aloi. Por ejemplo, el estupendo quite por cordovinas y un extraordinario —ese sí— inicio de faena en el que pegó tremendo trincherazo. Sin embargo, la faena tuvo altibajos en los que Aloi echó mano de recursos como dosantinas de rodillas y brillaron más los detalles que una faena redonda antes de matar de buena estocada. Meritorio, sí, pero de ningún modo merecedor de dos orejas.
Enrique Braun, que presidió la novillada por sexta semana consecutiva, misma cantidad de veces que lo ha hecho con manga ancha, abaratando la Plaza México. Una cosa es que la afición se embelese, se deje llevar y hasta exagere un poco, pero que la autoridad también tome esa actitud es como para pensar seriamente en lo que está pasando en el palco.
Andrés García, hermano del “Payo”, recordó bastante a su hermano con el abreplaza. ¿En qué sentido? Pues que pegó los que hasta entonces fueron los mejores muletazos de la tarde, pero antes que seguir ligando cortaba las series y hasta intentó tomar los cuartos traseros del novillo, provocando gritos injustos de “toro” en el tendido. La estocada quedó caída y perdió algún premio, definitivamente no nos disgustaría volver a verle.
Con el cierraplaza, el conocido como el “Ardillo” estuvo más tesonero que acertado y su esfuerzo tuvo poca recompensa hasta terminar la lidia con el descabello.
También este domingo 18 en Santa Clara Coatitla, los matadores Guillermo Martínez y Alfredo Gutiérrez cortaron dos orejas y Víctor Ayala otra en el festival que cerró la actividad taurina en el pueblo ecatapense. Completaron el cartel los rejoneadores Oscar Matchain y Emilio Cano en colleras y el novillero Diego Alarcón en sustitución del herido Paco de la Peña, que fueron ovacionados.
Este fin de semana acudimos a despedir al Taquito, el reducto taurino de la familia Guillén, que hasta este domingo sobrevivió en su legendaria ubicación de Carmen y República de Bolivia. Hoy sería inimaginable llevar a Marilyn Monroe hasta ese remoto sitio engullido por el comercio informal, como fue recibida con todos los honores y antojitos mexicanos aquella célebre noche de 1962. Por eso el Taquito se va del centro y deja un hueco enorme, que tendrá una nueva vida por los rumbos del metro Barranca del Muerto. ¡Mucha suerte!
La próxima semana, en punto de la una de la tarde, se lidiarán novillos de Gonzalo Iturbe, sangre de Piedras Negras criada en Querétaro, y les harán frente Luis Garza, Joel Castañeda y Daniel Prieto. Continua la temporada de novilladas, habrá muchas exageraciones por los medios taurinos, pero en este espacio optaremos por la prudencia. Prudencia… ¿No sería prudente que Bruno Aloi volviera a la Plaza México de inmediato?...
Galería de fotos en #LaSuerteSuprema: Bruno Aloi cortó dos orejas en tarde de exageraciones en la Plaza México – La suerte suprema (art.blog)