Por Jean-Charles Olvera - España
Doble jornada taurina tuvo el colombiano Juan de Castilla toreando por la mañana en la plaza torista de Vic-Fezensac (Francia) y por la tarde los miuras en Madrid.
Una hazaña sin duda fuera de lo común que el antioqueño guardará siempre en su memoria. Así es que toreó la tradicional corrida concurso matinal de la feria del Toro en Vic-Fezensac (Francia) bajo una fuerte lluvia, saludando al tercio tras lidiar el 3º jabonero de Prieto de la Cal, y cortando una oreja del 5º toro negro francés de Pagès-Mailhan, triunfador de la concurso. Tras terminar con este toro, Juan de Castilla se fue de inmediato al aeropuerto vecino de Toulouse (Tolosa) para embarcar en un vuelo comercial hacia Barajas llegando poco antes del paseíllo, listo para tragarse 2 miuras... De lo que son capaces estos toreros...
El otro punto de interés de la tarde era el regreso a Las Ventas de la mítica ganadería de Miura tras 6 temporadas de ausencia, lo que casi llenó la plaza. Pero decepcionó el imponente lote que blandeó y que apenas empujó al caballo, impidiendo cualquier ligazón en la muleta. Pero Miura sigue siendo Miura y si vimos una moruchada se podría decir que paradójicamente mantuvo cierto interés.
El 2º de la tarde fue aplaudido en su salida de chiqueros, pero también fue inmediatamente protestado por otro sector por blandear de los cuartos delanteros, lo que electrizó el ambiente que no fue suficiente para desestabilizar al joven torero colombiano Juan de Castilla, ni para obtener el cambio desde un palco inflexible (Iñaki Sanjuán). Juan de Castilla cogió la muleta cargando bien la suerte en cada inicio de tanda, pero con el defecto de terminar a menos cada serie con un remate final o un pase de pecho buscando generalmente las afueras. El toro protestado resultó trotón y cara arriba con una embestida molesta que en parte pudo corregir el antioqueño. Acabó con 2 pinchazos y un bajonazo y la parroquia le pidió saludar tras aviso, por la planta torera y la firmeza vistas con el astado.
El 5º cárdeno bragado de nombre ‘Divorciado’ parecía salir de los chiqueros perseguido por cualquier descontenta vaca tras un hipotético… divorcio. Husmeó de inmediato las tablas del 7 y saltó una 1ª vez al callejón del tendido 6 y una 2ª vez al del 9 en un hito histórico. Un doble salto que tampoco molestó al medellinense que intentó calmar al asustado y manso astado con el capote y con la muleta. El Miura resultó mermado de fuerza, algo tardo y de corta embestida impidiéndole ligar. Aun así, Juan de Castilla le sacó, con ciencia y paciencia, pases por pases con meritorios naturales finales. Nuevo bajonazo, los miuras suelen ser complicados también al matar con la cara y los pitones altos, y saludo final para este serio torero que ahora mismo es la gran esperanza colombiana.
Juan de Castilla saludó en sus dos toros
Abría plaza el guerrero murciano Rafaelillo que venía de lidiar el día anterior una corrida de Victorino Martin en Osuna (Sevilla), cortando una oreja, y que se presentaba este domingo como si nada y con la sonrisa con los Miuras en Madrid. Se estrelló con el abreplaza cárdeno bragado que se paró al iniciar la faena cuando le sacó de tablas hacia los tercios donde ya no quiso moverse. Finiquitó al marmolillo de 3 pinchazos y de una entera contraria.
Mas movilidad tuvo el 4º al inicio de faena al que Rafaelillo propinó los mejores derechazos de la tarde, con poder y relajo. Se fue a menos el toro, bajando de tono una faena a la que el murciano imprimió seriedad y serenidad. Mató de una entera ladeada certera y saludó merecidamente al tercio. Crédito total para el diestro de Murcia.
El venezolano Jesús Enrique Colombo, aunque lidie a menudo corridas duras en España y Francia, tuvo una tarde difícil con el lote más complicado. Fue ovacionado por sus pares arriesgados al 3º que guardaba la cara alta. Valor de sobra demostró el sancristobalense con un toro que tuvo movilidad, pero pegando hachazos molestos en cada pase, provocando que las tandas tuviesen entonces menos fondo. Bajonazo final.
Espectacular presentación del 6º Miura (637 kilos), un corniveleto largo como un tren con el cual Colombo tuvo sus complicaciones con los palitroques, banderilleando hasta un 4º par para enmendarse, pero sin brillo. Poca fortuna también con la muleta, el astado acusando parte de ese sentido tan característico del hierro. Pinchazo y entera tendida ladeada con un balance idéntico en su lote (silencio tras aviso).
La ‘miurada’ acabó con sendas ovaciones para los toreros, la de mayor calado recayendo en Juan de Castilla. Fue este torero que vio su 2º toro dar ese doble salto histórico al callejón, en un paralelismo simbólico a su propia doble jornada taurina europea. Así fue como este torero colombiano, que ya vimos interesante en la Copa Chenel la pasada temporada, se dio a conocer por la mañana al público torista francés, de mucho peso en esa afición, y por la tarde al público español capitalino, de mayor importancia, como también al sudamericano y paisano que vino en masa esta tarde en Las Ventas. Un doble salto vertiginoso para este humilde torero en una jornada ya histórica para su carrera que podría por fin despegar.
Foto: Las-ventas.com