Por Jean-Charles Olvera - España
Alguien por ahí dice que esta tarde hubo corrida en Madrid en lo que fue el primer Día internacional de la Tauromaquia.
Al ser un arte por sí mismo, la tauromaquia tiene ahora fecha propia, tras una reciente y unilateral iniciativa de la Fundación del Toro de Lidia, como antes lo hizo la UNESCO a partir de 1975 con los Días internacionales de otros artes que son la música, la danza, el teatro, los artes plásticos, la literatura, la arquitectura, la escultura o el cine. La tauromaquia como arte aparte y acontecimiento socio cultural indudable, aunque digan lo contrario algunos radicales.
Primer paseíllo en el día internacional de la Tauromaquia
La fecha no podía ser más taurina. Un 16 de mayo, respetado día de luto que recuerda la muerte de Joselito ‘El Gallo’ con tan solo 25 años en la plaza toledana de Talavera de la Reina hace ya 104 temporadas, cuando sacaba de tablas a ‘Bailador’ de la Viuda de Ortega. Un torero completo que había revolucionado la tauromaquia con su rival Juan Belmonte y que tanta influencia y visión tuvo para modernizarla, como lo hizo pensando en la construcción de una plaza de más tamaño como lo es ahora Las Ventas, coso en el cual nunca pudo torear. Esta misma plaza se vistió justamente de gala y honró al Rey de los Toreros guardando un minuto de silencio tras el paseíllo. Uno de los momentos más sinceros de esta 6ª de feria.
Porque si hablamos de la corrida en sí, seremos más breves. Un lote desigual en todo de Victoriano del Río, feamente presentado como lo fueron los terciados primeros o el cierraplaza que, aunque tuviese kilos tenía un trapío impropio de Madrid. De juego, blanditos, yéndose rápidamente a menos en el último tercio.
El triunfador de la pasada temporada, el francés Sebastián Castella solo destacó en el inicio por la diestra en tablas al 4º intentando en todo momento agradar, pero sin fondo, como sus 2 toros.
Viendo a este Manzanares, estaba pensando en su padre que mejoraba su toreo como el buen vino, pasando las temporadas. Su hijo es todo lo contrario, se le ve cada vez peor, haciéndolo, además, con cierta naturalidad desconcertante. No me acuerdo ver muleta tan despegada.
Y la oreja anecdótica de Tomás Rufo, oriundo de Pepino, antiguo poblado de la mencionada villa de Talavera de la Reina, fue una ‘pelua’ obtenida mayoritariamente de un desorientado, desentendido y sensible público que llenaba la plaza para ver a sus figuras. Ese mismo ocasional público, por no decir aficionado, acompañó con los pelos de punta el fin de faena de Rufo con el 3º que le propinó una espectacular voltereta sin consecuencias, lo que revirtió el rumbo de una faenita sin sabor que inició de rodillas y con desarme final, como si estuviese en un simpático pueblito. Una buena tanda final por la zurda nos rememoró que este torero puede más, mucho más que lo que propuso esta tarde.
Muy poco se vio entonces en la 2ª corrida de “no hay billetes” del presente ciclo isidril, una tarde en la cual solamente nos acordaremos de que fue la del primer Día internacional de la Tauromaquia, un arte hoy más fuerte (entradón) pero más débil (toros y toreros) que nunca; un hecho, este último, que tampoco le hubiera gustado a Joselito ‘El Gallo’.