Por Jean-Charles Olvera - España
Poco que destacar en la 1ª novillada de la temporada en Las Ventas si no fuesen las ganas de Tristán Barroso y la invalidez de un pésimo lote de Toros de Brazuelas.
Difícil lo tuvo el desorientado palco que se equivocó al regalar una oreja a Tristán Barroso y al dejar en pista a novillos inválidos (1º y 5º bis sobrero de María Cascón) que lastimaron las presentaciones en esta plaza del vallisoletano Daniel Medina y del riojano Fabio Jiménez, disgustando a los aficionados y otros espectadores (7.475 según la empresa).
Lo de esta tarde, con esta ganadería de encaste Juan Pedro Domecq, fue enigmático. Los novillos salieron como enfermos y víctimas de síntomas o de virus que merecerían exámenes post mortem. De hecho, contaminaron hasta el sobrero de María Cascón, de encaste Atanasio, que parecía sufrir de la misma plaga. Con un palco más centrado (José Antonio Rodríguez San Román), este 5º bis sobrero hubiera sido también cambiado por otro de la misma ganadería que esperaba en chiqueros. Todos se echaron al piso incluido el cierraplaza saliendo de toriles, este ‘Defensor’, siendo el único que permitió algunas tandas de Barroso, pero fue apenas picado. Viendo esto, esta ganadería de los Toros de Brazuelas tendrá que replantearse el rumbo de la selección, de la genética y del cuidado de sus ejemplares, porque si no, lo visto esta tarde en un coso tan importante como el de la calle de Alcalá es para tirar la toalla y no regresar aquí.
Esos novillos dejaron por lo tanto casi inéditos a los 2 primeros novilleros si no fue alguna serie de Daniel Medina al 4º y casi nada de Fabio Jiménez, una pena. La empresa tendría que pensar en darles un nuevo hueco, en julio por ejemplo, para que podamos verles en otras condiciones y para reparar el mal trago que habrán pasado en tarde tan importante para ellos.
El que dio de sí fue Tristán Barroso con un balance halagador de una vuelta tras petición y de una oreja con aviso, siendo ambas protestadas con bronca al palco tras la concesión de la oreja del cierraplaza.
Tristán Barroso en un desplante
De la actuación de Barroso nos quedaremos con el quite por chicuelinas al primer novillo del turno de Jiménez (el 2º), su inicio con larga cambiada de espalda en su faena al 3º o su porta gayola de pie al 6º con consecutivo tropiezo del novillo dando varias vueltas en la arena. La faena que siguió fue bulliciosa y precipitada, con voltereta incluida tras cambio de mano con la zurda, mano que volvería a tomar en una única serie final, pero sin sabor. Final por bernadinas sin ayuda y tras otra espada caída, salieron nuevamente los festivos pañuelos acompañados de sostenidos gritos. ¿Que será entonces la tarde en la que todo salga realmente bien?
Barroso, que también se presentaba, tuvo esta tarde más ganas y originalidad que talento. Dicho esto, este joven novillero cercano de Emilio de Justo y que pasó su infancia en Francia en las muy taurinas Landas, tiene incontestablemente una fe inquebrantable en sí mismo y ese plus de una personalidad torera atrevida como le vimos ya en febrero en Ajalvir y que hará sin duda de él uno de los novilleros que marcarán esta temporada. Ojalá sea en otras condiciones, con un público más serio y sobre todo con otros novillos.