Por Jean-Charles Olvera - España
Ricardo Gallardo nos envió esta tarde un lote desrazado, sin fondo, y al que le faltó fuerza, del cual únicamente destacó el último novillo de Fuente Ymbro.
Esto condicionó que la novillada no haya despegado y que los novilleros se fuesen de vacío oyendo cada uno un aviso en los 5 primeros novillos.
Esperábamos que Guillermo García Pulido remátese por fin en Las Ventas su condición de novillero puntero, pero no confirmó completamente, aunque fuese el mejor de la terna. En su 3ª comparecencia en este ruedo esta temporada, destacaremos que se arrimó a su primer novillo (el 2º de la tarde), con buenas tandas por la derecha, dando acertadamente largas pausas entre series a un novillo que parecía desgastado. Al final de faena tiró algunos naturales templados que fueron de lo mejor visto esta tarde. Alargó la faena y todo quedó en una fuerte ovación tras un metisaca y una entera trasera caída.
García Pulido al natural
Con el 5º no pudo resolver los defectos del novillo que no humillaba y que embestía con la cara alta pegando arreones. Abrevió tras una voltereta y recibió una ovación por su actitud en conjunto, la de novillero que intentó agradar toda la tarde, también con un toreo de capa variado.
Jorge Molina abrió plaza discretamente, aunque fuese su 4º paseíllo en Las Ventas esta temporada. Lo hizo con una 1ª faena larga a un insípido novillo distraído y parado, trasteo que se esfumó de nuestra mente cuando tomó la espada. Tras entera trasera caída, el toledano saludó al tercio dirigiéndose a sus familiares situados en el tendido 8, con discrepancia del resto del respetable que le recordó que Madrid no era su pueblo. Estuvo más centrado con el tardo y brusco 4º, con buen inicio de faena, algo esperanzador por lo menos.
El tercer novillero era Christian Torres, un aún adolescente maño de 17 años, que hacia su presentación en este coso. Lo hizo queriendo, pero no pudo. Y lo intentó con su estilo, debutando de rodillas su faena con el 3º, algo que no gusta mucho en esta plaza. Bajó de ritmo como lo hizo el novillo y mató tras varios pinchazos. No entendió la calidad del cierraplaza, único novillo ovacionado en el arrastre, que embestía al toque y con el que acabó nuevamente de rodillas entre protestas, pero por lo menos le mató bien de un volapié efectivo.
Concluyendo con un toque más personal, lo mejor de la tarde de esta pésima novillada de Fuente Ymbro fue para mí, que Tom, amigo aficionado sueco afincado en Madrid desde décadas, me haya invitado a compartir su presencia y su abono en el alto del tendido 3. Me hizo olvidar este gris encierro y salir 2 horas después sin la amargura que algunos otros parecían tener. Solo por eso, mi agradecimiento, amigo Tom.