Por Jean-Charles Olvera - España
Con la confirmación de alternativa del medellinense Juan de Castilla, el coso venteño parecía transformado.
Transformado sí, o bien en la plaza de toros de Santamaría de Bogotá o, mejor dicho, de la que fue La Macarena de Medellín.
Mismas decenas de banderas colombianas se vieron por la Calle de Alcalá al paso de la última etapa de La Vuelta 2023 por los 2 ciclistas boyacenses que alcanzaron el top 16 de la definitiva clasificación general, como en los tendidos de Las Ventas en el cual no podía faltar el maestro bogotano Cesar Rincón en el bajo del tendido 8.
En tal tarde simbólica, falló la empresa al no dar un minuto de silencio tras el paseíllo en memoria del recién fallecido, aficionado y gran pintor, Fernando Botero, de Medellín como el toricantano.
Una vuelta al ruedo dio el antioqueño Juan de Castilla con el 5º, un toro bronco y violento de Sobral, aplaudido en el arrastre, al que puso garra y técnica, pero sin conseguir pararlo totalmente con tal dificultad, en un combate que acabó en nulo como dirían los del noble arte. Una estocada perpendicular desprendida y efectiva hizo sacar pañuelos un tanto abusivos de lo que parecía más una hinchada nacional que aficionados, con petición, sin mayoría, que desatendió el presidente Iñaki Sanjuán.
Tampoco tuvo suerte con su toro de confirmación, ‘Tronador II’ de Partido de Resina, que resultó ser un inválido que no fue cambiado y al que tuvo que torear con medida y sin bajarle la mano. Consiguió hilvanar una faena por la zurda, pero sin la transmisión necesaria por la flojera del toro, que se alargó con un final abroncado por 5 pinchazos y un par de descabellos, retirándose con silencio tras 2 avisos. Aun así, y en su globalidad, este torero antioqueño tiene indiscutiblemente un sabor especial y una postura de torero largo que sonará alguna tarde en este mismo ruedo. Juan de Castilla confirmó ser un relevo del maestro Rincón, una esperanza colombiana.
De preciosa lámina, pero de malas intenciones el de Sobral
Al gaditano Octavio Chacón le tocó el toro más esperado de la tarde, el precioso sardo de nombre ‘Recluido’ de Sobral del que tanto se habló en las redes antes del festejo. Ovación de gala a su salida de toriles, pero poco más en el ruedo, con cara alta, pitones desafiantes, mirada infernal y toro parado y brusco que hicieron sudar la gota gorda a un estoico Chacón que tuvo méritos sacando pases por pases, literalmente a cuerpo limpio. Faena larga rematada de un pinchazo y de una media tendida atravesada emborronada por 5 descabellos complicados por la aún cara alta del toro lusitano. Si bien oyó 2 avisos, los aficionados reconocieron el valor y la entrega de Octavio Chacón, ovacionándole al tercio.
Con el 4º, de Partido de Resina, Chacón pareció acentuar los defectos y la falta de raza casi congénita del 'pablorromero' sin querer corregirlo y evitando exponerse, concluyendo con otro recital con la cruceta, algo que tendrá que corregir la próxima vez que le veamos en este coso, que bien se lo merece.
Tarde de altibajos la del madrileño Ángel Sánchez, con poca suerte, con un inválido Partido de Resina que fue cambiado por un soso sobrero de casi 6 otoños y de 620 kilos, de los Hermanos Collado Ruiz (origen Jandilla), que le impidió lucirse, aunque encontrase el sitio al final de la faena con dos grandes pases al natural. Le finiquitó con el estoconazo de la tarde que le valió saludar al tercio. Cerró plaza con un difícil Sobral al que recetó una faena febril casi exclusiva por la diestra, de las que no te quitan las dudas.
Una tarde de matices en la que se expusieron los tres diestros con un conjunto de toros difíciles, aunque tuviesen preciosas laminas, de la cual destacó la regularidad de un Juan de Castilla con un toreo de sabor a aguardiente y sinceridad, de sabor antioqueño.