Por Jean-Charles Olvera - España
La Corrida de la Prensa, que remataba esta tarde la feria, lo hizo con broche de oro tras ver el emocionante lote de cinqueños cárdenos que envió Victorino Martín.
Impecables de presentación, muy serios, veletos y de espectaculares láminas, los dos últimos ovacionados al salir de toriles. Menos el primero, una alimaña a la que había que enfrentarse literalmente pero que mantuvo alto el interés, el resto de los arrastres oyeron ovaciones.
Sin esperar que acabase la corrida, se oyó un “¡Vaya corridón, Victorino!” de un aficionado del 7 al comenzar Paco Ureña con la faena del quinto. Y eso que faltaba el mejor toro de la tarde, y podría ser del ciclo ferial, con el cárdeno sexto de nombre ‘Director’, número 6, nacido en febrero 2018, un toro bravo en los caballos, empujando con los riñones y enclasado en la muleta, que fue ovacionado en su salida de toriles y al que se le pidió una vuelta en el arrastre que merecía ampliamente.
Ese toro lo lidió Emilio de Justo que en su conjunto no pudo alzarse al nivel de sus tres toros. Buenos inicios de faenas del extremeño en cada toro, pero después presentando su nuevo toreo de menos emoción, que se vio en su última aparición en este ruedo el pasado 25 de mayo. Aunque quiso arrimarse y vimos unas buenas tandas aisladas, toreó casi siempre despegado del toro, aprovechando las embestidas rectas de los astados, cargando pocas veces la suerte, con esos naturales casi siempre ayudados, todo lo contrario de lo que le vimos durante temporadas. Su lote le ofrecía la gloria, sólo obtuvo un saludo tras petición, un silencio tras aviso y unas palmas tras aviso.
Heróico Ureña toda la tarde frente al Rey Toro
Gustó más Paco Ureña batallando con la alimaña que abría plaza y que no perdonaba los fallos en la colocación. Aunque fue volteado y buscado en la arena por los pitones del toro durante largos y angustiosos segundos al finalizar una tanda, regresó el de Lorca para terminar sin zapatillas por buenos naturales. Concluyó con espadazo trasero y nuevo revolcón, el toro yendo a por él, oyendo una petición mayoritaria que el palco no concedió, con poca afición además, Paco Ureña habiendo combatido dignamente y con gran valor a este peligroso albaserrada.
El murciano estuvo después mermado de fuerzas lo que no le impidió cortar una oreja al tercero, sin duda de compensación, en una faena emotiva en sus inicios, pero a menos después y concluida con pinchazo y entera contraria.
Menos confiado estuvo con el quinto con el que terminó a orillas del 6 con fase tremendista, el toro rozando su cuerpo y los pitones veletos su cara. Un recurso que fue recriminado por un sector.
Los toreros en conjunto se vieron con algunas dificultades por resolver con este interesante lote encastado que mantuvo intacto el interés del principio al final. La afición unánime hizo saludar al mayoral de Victorino que presentó la que sin duda fue la mejor y más completa corrida de todo San Isidro.
Este corridón fue presenciado por el Rey de España Felipe VI desde la barrera del tendido 9 y le acompañaban Paco Ojeda, Juan Caño, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid y Miquel Iceta, el inefable ministro (por poco tiempo) socialista de la cultura que fue recibido con gran bronca en los aledaños de la plaza a su llegada.
Y hablando justamente del Rey, no se sabe bien porque a nadie de esos graciosos que gritan y molestan en cada corrida con esos penosos “vivas”, sean a España, a Ayuso o al Rey, no se les vino gritar nuevamente “Viva el Rey” pero añadiéndo “al Rey Toro” por lo visto hoy que con este gran lote de la A coronada. Pues no toca más, el gracioso seré yo y aquí va para Don Victorino que bien se merece este: “¡Viva el Rey Toro!”