Por Jean-Charles Olvera - España
La Copa Chenel sigue avanzando con sus sorpresas. En la primera semifinal de este sábado en San Agustín del Guadalix, el colombiano Juan de Castilla confirmó lo visto en Moralzarzal el pasado 19 de marzo.
Con sus dos toros se le notó solvencia, poderío y firmeza. Encastado y exigente fue su primer toro de Baltasar Ibán que pedía el carnet y que se le presentó como un todo o nada. Lo consiguió Juan de Castilla con la muleta en una faena a más, pero emborronada por una entera atravesada que hizo guardia, obteniendo oreja con la división del sector venteño que vino con fuerza a presenciar los toros del desafío Cuadri vs. Ibán.
Como el linarense Curro Díaz el domingo pasado en Las Ventas, pero invirtiendo los turnos de los astados, el torero paisa acertó esta vez con la espada en su segundo toro sobrero de Cuadri, pero en una faena que, aunque fuese seria, no tuvo la profundidad de su primer toro, dando una vuelta tras petición.
Los hispalenses Borja Jiménez y Rafael Serna completaban la terna, sin duda con la mente en la tarde de la corrida de 6 toreros que se dará en la Maestranza este mismo domingo. Mejor Borja, bien arropado por Espartaco en el callejón, pero al que faltó chispa con el enclasado segundo toro de Baltasar Ibán (arrastre con vuelta). Por cierto, que el desafío ganadero lo ganó Baltasar Ibán con 3 toros ovacionados por bravos y nobles, que transmitían emociones, sin la sosería que soportamos habitualmente.
Así pues, confirmó el antioqueño Juan de Castilla las esperanzas que el toreo colombiano está depositándole, a la espera del difícil relevo de César Rincón. Lo más probable es que pase a la final a tres de esta Copa Chenel. Le queda un largo camino a Juan Pablo Correa Sánchez, su verdadero nombre, apodado Juan de Castilla como homenaje a la epónima Comuna n°5 de la ciudad de Medellín de la cuál es vecino.
Le falta por confirmar en Las Ventas y después ver más allá, ojalá sea en su plaza de toros de La Macarena. De esa otra Castilla es sin duda este torero que también hubiera podido ser de la Castilla original. Pero también es de Medellín, este Castilla. Sabíamos que la geografía del toreo no tenía fronteras, eso mismo nos lo ratifica este interesante matador Juan de Castilla... y de Medellín.