Por Jorge Eduardo - México
Mientras Arturo Macías se consolida como torero de puesta en escena, Arturo Saldivar se desdibuja y Fermín Armillita IV sigue sin encontrarse con el toreo.
De los seis cornúpetas de José Arroyo Loyo, tres cumplieron cabalmente de presentación (1º, 2º y 3º), mientras que los otros tres y el de regalo quedaron por debajo. En cuanto a juego, salvo el cárdeno segundo todos se dejaron meter mano en mayor o menor medida y por lo menos cuatro ofrecieron posibilidades reales de triunfo.
Más sabe el diablo por viejo que por diablo, bien lo sabe Arturo Macías, quien luego del duro percance de Madrid tuvo que reinventarse para seguir en los ruedos, devolviéndose a la etapa aquella en que lo marcaron los desplantes y el toreo para la galería, claudicando del clasicismo y al toreo bueno.
Arturo Macías de rodillas
Así, con el abreplaza, un toro con casta pero sin fuerza, logró una faena de mucho efecto en el tendido pero de poco calado, en tanto que los que antes lo corearon hasta que hiciera el teléfono le despidieron con tibias palmas. La del cuarto, una faena construida a rodillazos, desplantes gimnásticos y hasta la rana pero sin salto que acostumbra Arturo salieron a relucir. Cortó una oreja luego de metisaca delantero y perpendicular.
Mal y de malas un Arturo Saldivar cuya tauromaquia acusa hace tiempo de cierta fatiga y de falta de rotundidad en este intento permanente de hacer el toreo en redondo y mantenerse el matador como eje, un concepto que ha perdido vigencia luego de su auge a principios de la década pasada.
El segundo de la tarde, complicado, descastado, defendiéndose. Arturo, incapaz, pasando el trago con frustración pero abreviando acertadamente. El quinto, un toro de menos a más con el que Saldivar no se halló ni en terrenos ni pulsando la embestida. Con el de regalo, que se despitorró, el aguascalentense, ya sin actitud de triunfo, intentó muletear precisamente por el pitón roto.
Acartonado con el capote, cuidando la postura con la muleta e impreciso con la espada, Fermín Espinosa “Armillita IV” tuvo su enésimo desaguisado frente a la afición del Valle de México, que le esperó pero terminó por apretarle como ha sido costumbre en su tensa relación.
Con una tónica parecida, un tanto sobre pies, intentando el toque en varias distancias y terrenos para después componer la figura aprovechando el viaje, al hidrocálido le costó trabajo fijar al tercero de la tarde que, a pesar de arrancarse con calidad no era precisamente franco.
El sexto sí tenía ese punto más de nobleza que le permitió acomodarse aunque sin volver loca a la concurrencia, que le volvió la espalda luego de sus errores con el acero.
En medio del intríngulis que ha generado la aparición de una nueva asociación de picadores y banderilleros en México favorecida por Pedro Haces, quien es el empresario de estas corridas, vimos el debut de sus elementos entre los que se contaron algunos viejos conocidos.
Lo más torero de la tarde, contando a los matadores, lo hizo Ricardo Morales “El Güero de la Capilla”, quien salió del retiro para cuajar un señor puyazo al tercero, que se arrancó con bravura y celo a la jaca. También salió del retiro Ricardo El Zurdo Gaytán, quien manejó la rienda con sapiencia para salir de un aprieto picando al cuarto. Al que no le rodaron las cosas fue al dirigente de la nueva agrupación, César Morales, quien también salió del retiro al que le había forzado una aducida lesión.
De los elementos usuales de la Monumental Plaza México, se presentaron en Texcoco los elementos de la Unión Mexicana de Monosabios; no así la cuadra de caballos de Carlos Domínguez “El Gordo de Iztapalapa”, en un movimiento que estará relacionado seguramente con lo del nuevo sindicato.
¿A dónde llegará esta nueva turbulencia política en la tauromaquia mexicana? Ya lo sabremos…
Mientras tanto, el próximo sábado 21 de enero, por primera vez se verán las caras Isaac Fonseca y Héctor Gutiérrez en un ruedo como matadores de toros. El michoacano viene de tremendo triunfo en Moroleón y el aguascalentense ungido por la afición tapatía. Los que levantan la mano para unirse a la nueva ola son Juan Pablo Llaguno y André Lagravere “El Galo”, que completan el cartel.
Si la entrada de esta primera corrida rondó la media plaza, esperamos que el interés del próximo cartel redoble las intenciones de asistir de la afición capitalina y la mexiquense. Llenemos ese coso para ver a las promesas lidiando los toros Vistahermosa.
Galería de fotos en #LaSuerteSuprema: https://lasuertesuprema.art.blog/2023/01/15/tarde-sin-campanadas-y-de-limitaciones-en-texcoco-buen-encierro-de-arroyo-y-dos-buenos-puyazos/