Por Jorge Eduardo - México
El sábado 2 de julio estaba programada una novillada con encierro y toda la cosa. La fiesta de toros no se había suspendido por cuestiones políticas en 102 años.
Para los mezquinos enemigos de la fiesta y sus consignas vacías, el sábado anterior fue el primer día de su victoria. Para nosotros fue el primer día de incertidumbre. ¿Qué haremos con equipos, arreos, implementos, avíos, mercancías, artesanías, animales, pagos por servicios, y demás?
Hasta ahora me he ocupado de explorar los enormes servicios que ofrecen los toros a la sociedad mexicana y capitalina. Sin embargo es de suma necesidad recordar que ya estaban en el aire muchas dudas sobre qué futuro nos depara, aún en un escenario en el que continúen las corridas de toros.
En primer lugar es importante señalar la desarticulación de la afición organizada. Hoy por hoy, los partidarios de las corridas no están organizados ni dentro ni fuera de los tendidos. Las porras que quedan no responden al ideal combativo de cualquier plaza que se respete, ni a la tradición que tuvieron las plazas de nuestra ciudad de ser difíciles, cariñosas pero firmes y hasta hostiles.
Así, el criterio de La México se ha flexibilizado desde hace mucho. Se acaban los faros, aquellas luces que lanzaban gritos chuscos, pero informados, atinados y pertinentes. Los gritos que se oyen son, en el mejor de los casos, repetitivos, pero también los tenemos los interesados y los ignorantes.
Y no digamos ya la capacidad de meter en aprietos a los alternantes, a la autoridad, a la empresa o a todos juntos. De echar atrás un toro, dos o tres. O bien de impedir la lidia, de obligar a alguien a abreviar por su desempeño deficiente. Poco se ve eso, y menos cuando hay entradas flojas, que era cuando supuestamente llegaban los aficionados. Llegaban, en tiempos mejores.
El otro grave problema es el de programación. Para cuando tomaron La México, la casa Bailleres ya tenía una oferta monótona, pero distinta a la de la Plaza México. Aunque los años del conflicto Herrerías-Bailleres habían quedado atrás y los apoderamientos del consorcio pesaban cada vez más en las temporadas capitalinas, aún se notaba la mano del veterinario para bien y para mal.
Ello no quiere decir que Herrerías fuera un buen programador. Por el contrario, sus desplantes y manoteos tuvieron como consecuencia la exclusión de toreros que estaban en el momento justo de romper a figuras, como Saldivar en 2011 o Joselito Adame en 2014-15, por hablar de los últimos.
La ya no tan nueva empresa ha optado por ofrecer carteles cerrados, anteponiendo el sistema de fechas que se acostumbra en España por encima de ofrecer un producto atractivo y acorde a la idiosincrasia de nuestra plaza. Se volvió oficial lo que ya el doctor había implementado: largas temporadas para cumplir compromisos, rescatadas del ostracismo por un par de corridas de postín.
Lo verdaderamente alarmante es que la baraja de posibilidades para reflotar el barco es casi la misma que en los albores del milenio. Pablo Hermoso, Ponce, Tomás, Juli y quizás la novedad de Roca Rey. La Plaza México se durmió en sus laureles hace un cuarto de siglo.
Los toreros que ha traído la empresota vía su división internacional (La FIT) han tenido pocas oportunidades de generar ambiente por venir a cuentagotas. Quizás Ferrera sea el único simulacro de éxito. En cuanto a los mexicanos, la camada de las S ha recuperado el tiempo perdido, aunque su atractivo es inversamente proporcional a la abultada cantidad de tardes que acumulan en CDMX.
Sería por mucho preferible que los promotores de la Monumental exigieran compromiso en vez de comprar fechas. El que quiera venir que haga temporada, y eso si su desempeño lo justifica. Quizás la respuesta a esta apretura se encuentre en los toreros de medio escalafón que necesitan más a la Plaza México de lo que ella los necesita. ¿No sería una aportación poner en figura a alguno de ellos?
En cuanto al renglón ganadero, si bien el trapío mejoró, las ganaderías que al inicio levantaron expectación se han vuelto predecibles. Otras aparecen de la nada y se presentan en México sin méritos. Después se repiten hasta el hartazgo en otras plazas de ETMSA.
No pasaré por alto que se ha presentado un fenómeno otrora inusitado en una Plaza México que echaba animales de presencia ínfima, pero nunca esto: corridas enteras sospechosas de pitones.
Los elementos diferenciadores. No hay más programas de mano, ni por parte de la empresa ni por El Programa de la familia Jiménez. Este era una publicación externa, ni modo, los problemas se presentan. Pero que la empresa no entregue un impreso promocionando su propio producto, sobre todo aquel que nos fascinaba de niños y atesorábamos de adultos, es exasperante.
Las chelas están muy bien, a todos nos gustan las chelas. Pero tener bares, aunque sean los mejores de la ciudad, no diferencia a la fiesta brava de cualquier tienda de abarrotes. Aunque sí que éramos más de salir y charlar de toros, no crucifico a la iniciativa, que es comprensible. Pero poner el foco en ese aspecto es un error que no ha aportado para reposicionar a la fiesta entre el gran público.
Siguiendo este enfoque es que se han presentado eventos multitudinarios de música grupera en La México. Qué bueno, ir o no es cuestión de gustos. Pero sí que incomoda ver los conciertos anunciados con carteles, pendones o en bardas, cuando las temporadas de toros (y solo las de corridas) se anuncian en publicidad estática y aparentemente sin targets bien definidos.
El manejo de reses y caballos es un aspecto que cobra relevancia a la luz de los acontecimientos recientes. Me consta que el manejo de los animales se hace con todo profesionalismo, aunque también es verdad que se trabaja con lo que hay y no siempre hay lo que se necesita para trabajar.
En las plaza de toros se sacrifican toros en espacios fuera del ruedo de vez en cuando, ya sea por inutilizarse las reses o por sonarse los tres avisos. Con el enemigo en la cocina, cualquier mala práctica o procedimiento es un polvorín. ¿Estarán estos aspectos suficientemente cubiertos?
El mal estado de la plaza. Si no se modernizan las instalaciones, por lo menos que sean decorosas. Asientos y escaleras materialmente agujerados, trozos de plaza repartidos como para llevarse de recuerdo. Esto tampoco es reciente, hace años que las condiciones son parecidas.
Pero lo más aberrante es el pésimo estado de la megafonía, que es una grosería. Entorpece el espectáculo e impide escuchar a la música que SÍ diferencia a los toros de otro evento. La iluminación de halógeno es una lágrima, las vetustas lámparas de halógeno operarán, cuando mucho, al 50%. Es una desatención para todos dar festejos cada vez más tarde en estas condiciones tan pobres.
Por supuesto que estas observaciones son muy breves, pero aspiran a sugerir primeros pasos para retribuir justamente el esfuerzo de quienes desde muchos años se han mantenido fieles al espectáculo taurino, para fomentar la cultura de la fiesta brava entre quienes van llegando y que la esta recupere la visibilidad social que es su mejor defensa ante los ataques externos. ¿O nos defenderemos para que todo siga igual?
Mientras algunos nos preguntamos cómo se salvaguardarán nuestros derechos y nuestro tejido social, del otro lado, los abyectos fueron a gritonear al coso vacío. Jussef se presentó vestido de torero para protestar. “Maldito enfermo”, “matarife de mierda” y “ojalá algún día te corneen y te mueras” fueron las lindezas de los dueños de la empatía y la compasión que quedaron en video.
Así las cosas en un país muy peligroso para ser mujer; niño, niña o adolescente; LGBT+; periodista; defensor de los derechos humanos; del medio ambiente; médico; comerciante; candidato a funcionario de elección pública; transportista y hasta sacerdote. Algunos desocupados dominicales y abogados fifis de tiempo completo atacan a un supuesto generador de violencia sin que les hayan tocado un pelo. Políticos insulsos les creen, que es lo grave. Son los héroes de humo, los defensores de nadie, los paladines del absurdo.
Por último pero no menos importante, los invitamos a Suertes, detalles y pasión, exposición de gráfica taurina instalada en CREA Galería de diseño, ubicada en Zitácuaro 12 colonia Hipódromo Condesa. Esta iniciativa de jóvenes aficionados ha sido un gran esfuerzo del que, entre otros, ha participado su servidor. Les esperamos.
Entrada en #LaSuerteSuprema: https://lasuertesuprema.art.blog/2022/07/04/nuestro-primer-dia-de-trabajo-perdido-defendernos-para-seguir-igual/