Por Jean-Charles Olvera - España
Tarde importante de Javier Cortés en su regreso en Las Ventas.
Tuvo que saludar tras emotiva ovación de la afición recordando el grave percance que sufrió el diestro madrileño en esta misma arena en septiembre 2019. Drama del toreo por un lado y triunfo por otro.
Hablamos de triunfo porque ese sabor tuvo la oreja que le cortó al encastado y gran toro que fue Bastardero, el mal nombrado abreplaza del Pilar.
Ambos se engrandecieron durante el combate. Fijeza del burel con seria embestida a la que plantó cara, cuerpo y alma el torero. No solo fue técnica, que ya en si hubiera sido mucho, sino también fue arte con mando, empaque y transmisión. Simbiosis de lo que se espera en Madrid. Ningún muletazo superficial como nos toca soportar muy a menudo. Firmeza, seriedad y serenidad se respiraba en esta primera faena, razón del porqué venimos tarde tras tarde al coso de la calle de Alcalá. Ovacionado este enrazado toro en el arrastre de una interesante corrida en su conjunto del Pilar.
Perfecta simbiosis: Verdad y bravura de Javier Cortés y Bastardero
Otra suerte tuvo Tomás Campos en su segunda comparecencia en Las Ventas esta temporada. Parecía anímicamente tocado el extremeño que se fue con gran incógnita, como perdido en un océano de dudas.
Francisco José Espada mostro más firmeza, pero tampoco acabó convenciendo, su faena de cercanías al sexto fue justamente vista con división de opiniones en las gradas. En otra plaza sin duda habría coincidido, aquí tendrá que recapacitar su toreo.
Con gran ovación salió Javier Cortes tras finalizar el festejo. Paradójicamente, si este torero perdió parte de la visión de su ojo derecho en septiembre 2019, ganó finalmente en su visión del toreo. Un regreso justamente más que vistoso. Digno de celebrar.