Por Jorge Eduardo - México
Las aparatosas premiaciones del sábado de gloria acapararon la atención, aunque solo la corrida del domingo de resurrección tuvo buen juego.
Tal vez sea incomprendida la magia de las tardes de toros en Texcoco. Ciertamente, se trata de un coso en el que las normas para ver una corrida de toros se fuerzan hasta el límite de lo que suele ser cotidiano. A los de por sí pintorescos personajes que conformamos la afición de la capital del país y sus zonas adyacentes, se une un público feriante tanto o más pintoresco que muchas veces no tiene la menor formación taurina ni mucha idea de qué es lo que realmente está pasando en el espectáculo por el que desembolsó un dinero. Sin embargo, en su forma de adueñarse del ambiente hay algo que bien vale la pena saber leer, quizás desapasionándose un poco de la afición taurina.
Hablando de desapasionamientos, sin la chispa de la bravura no puede encender la llama de la afición a los toros, la de verdad. Dos de las tres corridas fueron francamente malas, la de Barralva del viernes santo fue sosa, quedada, de arrancadas absolutamente desfondadas. Quizás el primero tuviera un poco más de nervio, aunque el presunto matador de toros que hizo el ridículo frente a él no nos permitiera ver gran cosa. Pozohondo el sábado envió una corrida muy débil, sin ninguna transmisión. En contraste la corrida de Torreón de Cañas fue encastada y acudió con brío a los engaños en términos generales, aunque con múltiples matices.
El viernes actuaron Finito de Córdoba, de quien me ahorraré mis comentarios; Fermín Espinosa “Armillita IV” quien se benefició del estado de ánimo de la gente, desencantada con el petardo del primer espada; y Miguel Aguilar. El aguascalentense sigue en plan ascendente, con oficio, sitio y variedad logró tocar pelo a pesar de la escasa colaboración del sexto toro de Barralva.
El sábado reapareció por estas latitudes Alfredo Ríos “El Conde”, que logró algunos naturales sueltos con el segundo de su lote que probablemente fueran los mejores del fin de semana. Le vemos más suelto, más fresco en contraste con la monotonía que acostumbraba antes de su despedida, aunque tampoco como para echar las campanas al vuelo.
Miguel Ángel Perera estuvo acertado de procedimientos, por momentos muy torero, aseado, pero con poca colaboración de su lote que fue por demás deslucido. Se alteró el orden de lidia en virtud de que tenía que abandonar la plaza con rumbo al aeropuerto después de lidiar al cuarto de la tarde.
Arturo Macías nos dejó un sabor amargo. Su actitud y su disposición apuntaron hacia aquel Cejas que inundaba las plazas con su alegría y su carisma. No obstante, su actuación recayó sobre toda clase de desplantes y fuegos de artificio ante toros que apenas se desplazaban. Fueron dos faenas bastante ordinarias que la autoridad juzgó merecedoras de nada más y nada menos que cuatro orejas y rabo.
La cuadrilla del torero exigió los apéndices del sexto con feos ademanes y el juez de plaza Leonardo Campos cedió a pesar de que en un inicio le exigió a Fermín Quiroz que se tranquilizara. Por alguna razón el ganadero se unió a la salida en hombros, y bueno, cualquiera puede practicar la autoindulgencia libremente.
Finalmente el domingo de resurrección saltaron al ruedo los Torreón de Cañas con su juego completamente distinto. Si bien son toros de una embestida más bien áspera y que tienden a apagarse pronto, lo importante es que su juego es de bravos y encastados. El reto para el aficionado es entender las diferencias entre los toros de cierta procedencia y los de otras, es decir, las herramientas básicas para ver y juzgar la lidia de un toro.
La peor parte la llevó Fermín Rivera, que a pesar de todo estuvo firme y en el sitio, muy vertical, tratando de pasarse a los toros por la faja. Desafortunadamente, su lote no tuvo la calidad ni la repetición para permitirle gustar y gustarse.
Arturo Saldivar se encontró en la situación opuesta, la suerte le fue propicia y se llevó el lote de la tarde y de lo que va de la feria. El negro que hizo segundo de la tarde tuvo calidad en sus embestidas por ambos pitones, humillando y buscando los engaños con codicia. El castaño quinto de la tarde estuvo por la misma línea. Aunque no apuntaba muchas virtudes en los primeros tercios, pronto se fijó en la muleta para emplearse mejor que sus hermanos.
¿Y qué pasó? Pues que a Arturo le costó mucho trabajo templar a los toros y mandarlos para hacerlos ir a su voluntad después de hacerse de ellos con facilidad y entusiasmar a la concurrencia a la vez. ¿Tendrán algo que ver sus instrucciones en el tercio de varas, en las que ordena a sus picadores apenas partir el pelo de los toros, con todos los riesgos que ello conlleva para los montados y el perjuicio que causa al espectáculo que consta de tres tercios? Es muy probable.
André Lagravere tuvo luz y sombra. El tercero de la tarde claudicó rápidamente de sus buenas embestidas y el yucateco se revolucionó en el toreo para el tendido. En esas se tiró a matar, complicándose en la tarea de finiquitar a la res.
Con el cierraplaza André estuvo francamente bien, sujetando a un toro suelto y que hasta salía contrario, levantando la amenaza de volver los primeros tercios en un herradero. Tumbó a Erik Morales que después picó estupendamente en el segundo encuentro con el caballo, y de ahí en más el juego del toro vino a más. El Galo inició mandón por bajo y poco a poco se estiró hasta ligar los muletazos por ambos lados. Desafortunadamente pinchó antes de dejar tres cuartos de acero defectuosos, perdiendo una oreja de mucho peso en el acto. ¿O dos? ¿O el rabo?
Así el fin de semana en esta plaza, que no obstante las opiniones de muchos y hasta las impresiones propias, ha sido parte importante y cotidiana de la vida taurina de muchos de nosotros. Así que optamos por el camino del arte, y no quitaremos el dedo del renglón en la reminiscencia literaria que inspira estar en la Feria del Caballo. Así es el realismo mágico, aunque más que al Macondo de García Márquez nos recuerde al Día del derrumbe de Juan Rulfo.
Y no pasa nada, al cabo que en Sevilla también se pintan solos para los cuentos.
Galerías de fotos en #LaSuerteSuprema:
Corrida del viernes santo: https://lasuertesuprema.art.blog/2022/04/16/en-una-tarde-sin-lucimiento-destaco-la-oreja-de-miguel-aguilar-enesimo-petardo-de-finito-de-cordoba/
Corrida del sábado de gloria: https://lasuertesuprema.art.blog/2022/04/17/se-premio-irracionalmente-en-la-corrida-del-sabado-de-gloria-en-texcoco/
Corrida del domingo de resurrección: https://lasuertesuprema.art.blog/2022/04/18/ruidosas-tardes-de-realismo-magico-en-texcoco/