Por Jorge Eduardo - México
En cuatro horas de función pasamos por toda clase de estados de ánimo mientras la cuarteta despachó una novillada descastada, deslucida y muy difícil de Pastejé.
Reinició la Feria del Caballo en Texcoco con todo su arsenal de atracciones y negocios, tantos que nunca he recorrido la feria de cabo a rabo. Por aquí se ven bares, por allá se escuchan tamboras, por acullá el lienzo charro y a lo lejos se divisan los juegos mecánicos. Este abril tomó de pronto una apariencia más o menos parecida a la de esa saturación de cosas que hacer. Nuevos actores tomaron sitio pero enriquecer (o amontonar) el panorama de esta primavera especialmente concurrida.
El primer paso se dio en la plaza Silverio Pérez de la referida feria. Casi cuatro horas transcurrieron desde las cinco de la tarde pasadas, cuando las cuadrillas hicieron el despeje, hasta el filo de las nueve de la noche cuando murió el octavo de la tarde. Los novillos mexiquenses de Pastejé fueron una asignatura harto difícil para los espadas, pero lo fueron sin transmitir, ni emplearse, ni con la fiereza y bravura necesarias para ofrecer un buen espectáculo para los tendidos.
Ya desde el primer tercio dio visos el abreplaza de lo que sería la novillada, suelto y soso, hizo hilo con la cabalgadura que apenas ingresaba al ruedo para recetarle tremendo tumbo a Carlos Domínguez y su cabalgadura, que cayó sobre el estribo. Este novillo tuvo más intenciones de coger el bulto que el resto de sus hermanos, por lo que José María Mendoza, más que de aliño, lidió a la defensiva. Dos avisos iniciaron una cansina cuenta de bocinazos que hubo a diestra y siniestra.
El capitalino se sacó la espina con el quinto de la tarde. Al iniciar el trasteo parecía que seguiría la misma línea, pero poco a poco se confió el novillero, primero ganando el control de la situación frente a un astado muy soso y finalmente dándole el terreno de las tablas cerca de la querencia, donde obligó al burel en sendos derechazos que encendieron a la concurrencia. Tras de la faena, que hizo sin destocarse, dejó una de las pocas estocadas eficaces de la tarde y cortó una oreja.
El polémico Jussef del que tanto se ha hablado. Cómo decir que en esta ocasión fue una grata sorpresa, aunque sin motivos tampoco para echar las campanas al vuelo. Más pastueño resultó el segundo del encierro, aunque tan suelto y con la cabeza tan alta que saliendo de un capotazo saltó al callejón. Con las banderillas está ejerciendo el yucateco hasta con cierto clasicismo, prescindiendo de la acrobacia de moda que practican otros banderilleros de la generación anterior. Logró un par de trazos y una estocada vistosa para convencer a la escasa asamblea, que solicitó una oreja.
Un muletazo con la diestra de Jussef
Cuando lidió al sexto, ya en penumbras, se acomodó en cinco o seis ocasiones sueltas para correr la mano verdaderamente sabroso, reunido, bien colocado, intentando bajar la mano, relajado y en resumen en una faceta que no habíamos tenido ocasión de verle. Por supuesto, el elemento circense sigue como la base de su propuesta y su puesta en escena. Será su decisión virar hacia el vaso medio lleno o quedarse con el vaso medio vacío. Mató de otra estocada muy parecida y cortó otra oreja.
Manuel Perera, a las puertas de una alternativa de polendas en Sevilla. Es innegable lo hecho que está como torero, al tercero de la función le arregló el asunto en cuanto tomó el capote, firmando los pasajes capoteros más destacados del festejos en un quite por tafalleras. La faena de muleta tuvo su base en el lado izquierdo del novillo, el de mejor condición hasta esa altura del festejo. Incluso acabó por humillar en algún muletazo. Se complicó con el estoque y perdió una oreja.
La del séptimo, que tenía movilidad pero no así emoción, fue una faena donde el badajocense echó mano de la puesta en escena, luciendo por momentos casi que calcando los ademanes de su maestro. El mérito ahí estuvo, pero la poca rotundidad del trasteo también, no obstante el entusiasmo de los parroquianos que quedaban en la plaza. También se hizo bolas con los aceros.
Parecía que el francés Lalo de María nos pasaría de noche. En un turno desastroso, le tocaron los tres avisos de un novillo muy malo, que quedó con muchas patas después de la orden de devolverlo al corral, y sin embargo se le apuntilló en el ruedo entre la indignación de la poca asistencia al coso.
El rubio torero, de aspecto casi germano, consiguió acomodarse y mostrar aunque fuese un poco de su concepto de toreo deletreado y de plantas muy fijas al piso aprovechando la benevolente y deslucida embestida del cierra plaza. Hubo muletazos por ambos pitones de todos sabores y colores, lo mismo enhilado que muy cruzado, convenciendo a la ya muy poca gente en la plaza que antes le había hostilizado. De nuevo pasó las de Caín con el alfanje, y se retiró entre palmas tras dos avisos.
Se entregó un reconocimiento a la familia de Francisco Cervantes, promotor de la Feria de Texcoco.
La próximas tres semanas serán de álgida actividad en Texcoco, seis festejos que ya le comentamos completarán la programación de la feria mexiquense, que terminará con corridas el 23 y 24 de abril. Además de la pujanza de otras plazas de la empresa Bailleres, como Guadalajara que cerrará a tambor batiente este domingo 3, o Aguascalientes que inicia su feria el 17 del presente, se unió nada más y nada menos que nuestra malherida joya de la corona: la gran Plaza México.
La estrategia es arriesgada, confusa, no es clara de primera mano. ¿Qué pieza del ajedrez se mueve con estos festejos que ofrecerá La México? ¿Cuál será el resultado, para dónde va el timón? ¿Será a caso lo de menos? Ya lo sabremos, pero entre que si son peras o son manzanas, el 22 de abril a las 8 de la noche se lidiarán seis novillos de Santo Toribio, ganadería de los altos de Jalisco. Reaparecerá el riñonudo aguascalentense Cristian Iván, el potosino José Sáinz, y completará la terna el propio Manuel Perera. Un cartel al cual valdrá la pena seguirle la pista, variado en novilleros y ganado.
El 29 de abril, cartel de incógnitas. El ganado norteño de La Playa que no vemos hace mucho volverá a la Monumental. Juan Querencia y Rodrigo Ortiz tirarán sus cartas. El triunfador del circuito de Andalucía Jorge Martínez se presentará en México después de haberlo hecho en Cadereyta recientemente. ¿Por qué se resiste Isaac Fonseca a La México y no así sus competidores españoles? En el tablero se mueven alfiles, torres, reyes, reinas y peones.
Tres corridas los días 1, 8 y 15 de mayo. En la primera vuelve Pozohondo pero no así Antonio Mendoza, quien dejara tan buena impresión con ese ganado. En cambio el Calita, Saldivar, y Miguel Aguilar partirán plaza. ¿Refrendará su triunfo el joven hidrocálido? El otro domingo la corrida de expectación: toros de Santa Fé del Campo para José Mauricio que le confirmará la alternativa al torero que acapara las miradas: Emilio de Justo. Diego San Román pondrá la pimienta. En el cerrojazo Golondrinas y La Concepción para El Zapata, El Galo y el triunfador Juan Pedro Llaguno.
Abril viene cargadito, y mayo otro tanto. ¿Para dónde apunta el golpe de timón, si es que es tal, en la fiesta mexicana? Añada usted Sevilla y Madrid, y tampoco sabrá si voltear a los bares, a las tamboras o a los juegos mecánicos, tal como una noche en la Feria de Texcoco.
Galería de la novillada en #LaSuerteSuprema: https://lasuertesuprema.art.blog/2022/04/03/la-maratonica-novillada-de-texcoco-dio-inicio-al-abril-taurino/