Por Néstor A. Giraldo - Colombia
Toros de Ernesto Gutiérrez, nobles. El primero indultado y el quinto premiado con la vuelta al ruedo. Tres cuartos de entrada.
El Juli con seis estatuarios inició su faena muleteril empalmando series de derechas suaves y templadas en redondo. Por el pitón izquierdo también hubo ligazón. El toro embistió con mucha claridad, ritmo y nobleza. Faena compacta, firme, de mucha torería y el toro de nombre “Profesor” indultado por su magnífica condición de bravo y noble. Dos orejas simbólicas. El cuarto débil de remos lo tuvo que lidiar a media altura para no quebrantarlo. Aplicó la técnica dando distancia y sitio al toro que tenía nobleza y así logró muletazos de gran factura. Faena del gusto de los aficionados que le corearon cada pase. Estocada entera y descabello. Oreja.
Saludaron montera en mano Carlos Rodríguez “Garrido” y Emerson Pineda en el segundo que lidió Luis Bolívar ligando series importantes a un toro con nobleza, pero faltándole transmisión y alegría en las embestidas. Por el izquierdo menos potable y remiso en la muleta de Bolívar dejando ver falta de casta refugiándose en las tablas. Pinchazo y descabello. El quinto permitió a Bolívar manejar bien el capote. Ya con la muleta embistió con cierta sosería, sin chispa, pero entendiéndolo bien. Los muletazos de Bolívar iniciando la faena fueron de rodillas, conectando con los aficionados. Los derechazos tuvieron vibración en series dejándole la muleta en la cara para enroscárselo a su cintura. La labor por el izquierdo tuvo temple comprendiendo la condición noble de la res. Redondos invertidos no hicieron falta. Estocada entera. Dos orejas y vuelta al toro que nadie solicitó.
Tomas Rufo, debutante en América, toreó de manera magnifica meciendo el capote con cadencia, ritmo y temple. El toro muy noble y humillando mucho, le permitió a Rufo construir una faena de alto nivel artístico sobre las dos manos. El toro fue perdiendo consistencia dando pelea en los medios. Epílogo por luquesinas cuando se mostraba lesionado el astado en una de sus extremidades delanteras. Estocada entera en todo lo alto. Oreja. El cierraplaza fue un toro que embistió caminando, sin humillar y queriendo irse a las tablas. Muletazos sin trascendencia por la falta de casta del ejemplar. Voluntad y nada más. Estocada completa. Palmas.
Foto: Archivo