Por Giovanni Cegarra – Venezuela
De pequeño mis padres me decían, cuando se me ocurría usurpar, inmiscuirme, intervenir u opinar en algo que no era de mi competencia:
“te estás metiendo en camisa de once varas, vas a salir mal y escaldado”, razón valedera, en estos tiempos de pandemia y sobrada crisis socio económica política que se vive fuertemente en este país, ante la actitud que algunos, asomados de oficio, toman dentro de nuestra Fiesta Brava, metiendo su cabeza donde no cabe.
Notoria por años, esta actitud, dentro de lo taurino venezolano, por parte de algunos elementos, que quieren ser jueces y parte, usurpan hasta funciones gubernamentales, entorpeciendo el trabajo de los demás, haciendo daño y sembrando cizaña, creando componendas, en contra de quienes, ponen el pecho y frente, esfuerzo, voluntad, para mantener e impulsar en crisis pandémica, la actividad taurina en este país y de manera especial, en los Estados Táchira y Mérida, Región Los Andes de Venezuela, donde se hace lo imposible para generar actividad taurina, en sus Plazas de Toros.
Son unos malignos asomados, dentro de la Fiesta de Los Toros venezolana, estos elementos que con su desquebrajante avaricia personal grupal por delante, meten la cabeza donde no deben, algunos usurpando las funciones que ostentan, generando trabas para impedir, que los que tienen la voluntad empresarial económica, de organizar festejos taurinos, en los cosos taurinos tachirense merideño o fuera de ellos, puedan montarse en ello.
En el ambiente taurino de las ciudades andinas venezolanas, San Cristóbal (Estado Táchira) y Mérida (Estado Mérida), abundan estos malignos asomados, metiéndose en lo que no deben, en lo que no es de su competencia, complicándole el trabajo y esfuerzo a quienes, a sabiendas de que tenemos un país, sin economía, no vacilan en dar su esfuerzo gerencial, para montarse en la organización de actividad taurina, fuera de tradicional fecha o en las de las ferias taurinas consolidadas, actuando, tal cual perros de guerra y sí alguno se ofende o se da por aludido, pues nada, duela a quien le duela, “al que le caiga en guante que se lo plante”, sí es que tiene cara y vergüenza para ello, sacúdanse, dejen trabajar a los que tienen sobrado coraje, para impulsar la Fiesta Brava, en crisis, punto y olé.
Foto arte: Carlos Raúl Lobo Díaz