Por Jean-Charles Olvera - España
Incomprensible el cartel de ‘no hay billetes’ para presenciar una corrida de Jandilla para, entre otros, Sebastián Castella y Manzanares, vistos sin pena ni gloria en Las Ventas estas últimas temporadas.
Un enigma. Era jueves de calor y de botellón anticipado, y además con partido de semifinales de la selección española de balompié en la liga de Naciones. Dudamos que los aficionados ausentes de la emotiva corrida de Escolar del martes, viniesen especialmente esta vez para ver torear al 3º de la terna, Borja Jiménez, aunque hubiera sido esta una razón más que suficiente para llenar el coso.
Este hispalense fue el que despertó la tarde al 3º, que inició con sopor en los dos primeros toros, infligido en parte por el toreo deslavazado de Castella y Manzanares. El rubio diestro se fue a los tercios para recibir de salida al Jandilla con unas verónicas jaleadas. Puso bien en suerte a su toro en el caballo, con castigo muy medido, saliendo crudo el animal, lo que permitió una faena con transmisión iniciada por doblones mandones en el tercio del 7. Siguió la faena por ese rumbo, gustándose el torero, bajando la mano con sutileza y añadiendo ese arte y templanza que les faltó al resto de la terna. Borja Jiménez demostró, por si faltaba, que sabe torear variedades de encastes.
El toro castaño de Jandilla de nombre ‘Vid’ tuvo clase en sus embestidas medidas, y permitió dejar un buen sabor de boca a Borja Jiménez con otra faceta taurina, como cuando degustas un buen tinto. ‘Vid’ fue ovacionado en el arrastre, con leve y exagerada petición de vuelta, el sevillano paseando una única oreja, su entera caída le impidió ver caer la 2ª que también fue pedida.
Borja y 'Vid', ambos como los vinos buenos
Menos acertado estuvo con el cierraplaza, con una faena que nunca despegó, concluida con un feo bajonazo. Tal vez fue contaminado por lo visto justo antes por los veteranos con los cuales compartía cartel, y que además repetían por 2ª vez en San Isidro, pero que nuevamente dijeron poco a los que vinieron a verlos llenando la plaza.
Castella midió con aplicación su faena al 4º, finalmente dio una vuelta al ruedo a petición única del tendido bajo del 8, como buscando una legitimidad perdida en gran parte en esta plaza.
Y Manzanares siguió siendo ese torero letárgico que da pena de ver y que se pasea por el ruedo, perdido, como si solo viniese a cobrar. Si en su 1ª corrida del Puerto de San Lorenzo supo matar sus toros, esta vez ni eso pudo. Se fue del ruedo oyendo una bronca, señal clara del fastidio que provoca a parte de esta afición venteña.
El lote de Jandilla, bien presentado, con un último, jabonero, ovacionado en su salida, tuvo movilidad y buen juego en la muleta, pero con algo de sosería en conjunto. En varas, solo fue un simulacro, menos el 5º bis sobrero de la misma ganadería, en una tarde en la cual no se oyó, por primera vez en todo San Isidro, ningún grito en contra de los picadores, ni el ya famoso “!que malo eres!”. Un tercio en plena decadencia.
Pero esto no parece importarle a la gran mayoría que llenó los tendidos para ver a las figuras, y que por lo menos se fue viendo al tercer torero, Borja Jiménez, que nos presentó su otra faceta taurina, artista. El sevillano repetirá en esta plaza los dos próximos domingos, el 8 de junio en la corrida de Beneficencia con toros de Juan Pedro Domecq y el 15 en la ‘In Memoriam’ con toros de Victorino Martín. Nuevas batallas le esperan y otras facetas veremos.