Por Jean-Charles Olvera - España
Hubo que esperar a las tantas, con la noche, el frio y la llovizna, para ver salir al cierraplaza, de nombre ‘Brigadier’, precioso colorado de Pedraza de Yeltes de 667 kilos, el toro bravo de este inicio de feria.
Este toro imponía respeto y hasta admiración desde su salida de chiqueros, moviéndose en el ruedo como el bravo que era. Tanto el mexicano Isaac Fonseca como su cuadrilla y los pocos aficionados, pero buenos aficionados, que se quedaron estoicamente en sus butacas, también lo percibieron, creciendo ese runrún de que algo grande iba acontecer. Y así fue. La tercera vara fue todo un espectáculo, el mismo que veíamos en Dax hace años con los hermanos de este ‘Brigadier’. Una plaza donde nació y creció el mito, justificado, de la bravura de esta ganadería. La misma plaza en la cual tomó, por cierto, su alternativa el michoacano en agosto de 2022.
Y este ‘Brigadier’ se fue desde los medios al caballo, empujando en un gran puyazo de Borja Lorente, ovacionado de pie. Lástima del cambio precipitado de tercio, impidiendo ver al toro en la esperada tercera vara. Las banderillas fueron todo un festival, saludando Juan Carlos Rey y ‘Tito’ Robledo, tras gran brega de Raúl Ruiz.
Así fue la pelea entre bravos: Fonseca y Brigadier
La faena de Fonseca debutó de rodillas con valor y entrega, siguiendo series por la derecha, sin inmutarse y con poderío. Apenas pudo con la zurda en una única tanda, siendo el pormenor de su faena. El final a orillas del tendido 9 acabó clamorosamente, el toro bravo embistiendo con fijeza y gran clase. Un pinchazo y una entera fulminante desencadenaron una petición unánime para el torero (oreja tras aviso) y otra para la vuelta del toro, que el palco acabó por conceder al límite del arrastre. El destino y la suerte de este ‘Brigadier’ fue el de cruzarse en la plaza más importante del mundo a su ‘General’, un torero generoso que nunca defrauda, siendo ésta, la principal característica de este gran diestro azteca.
Si la tarde noche fue desapacible por el temporal, los truenos y los relámpagos, la corrida de Pedraza de Yeltes resultó interesante en líneas generales del inicio al final, algo que algunos no pudieron percatarse por el movimiento en los tendidos de idas y vueltas por resguardarse del mal tiempo.
Notable la actuación del valenciano e hispano-francés Román al abreplaza, al que cuajó una faena meritoria, poniendo la carne en el asador con un toro tardo, brusco y algo rajado. Menos vistoso con el cuarto, toro deslucido en su conjunto.
Más dividida resultó ser la labor del venezolano Jesús Enrique Colombo, tanto con los palitroques (únicos grandes pares, los terceros), que con la muleta. Faena de altibajos al segundo de la tarde, siendo el diestro molestado por la intemperie creciente. Por lo menos lo mató de una entera certera y dio una vuelta algo protestada. Si con este toro, el picador Israel de Pedro fue ovacionado tras dos buenas varas, el quinto fue duramente castigado, siendo increpados tanto el varilarguero como el matador, molestia que siguió durante la faena que acabó con pitos.
Esta tarde había que llegar temprano para ver a Román con ‘Bello’, el primero de la tarde, y quedarse de noche para presenciar al ‘Brigadier’ que cerraba plaza, que encontró un digno matador para concluir su vida terrenal, este Isaac Fonseca, un torero chaparrito y gran ‘General’ mexicano.