Por Máximo de la Peña - España
El Ministerio de Cultura concedió el premio Nacional de Tauromaquia al ganadero y criador de toros bravos Victorino Martin Andrés antes de su fallecimiento.
El jurado reconoció una trayectoria ejemplar, sobre tres valores, la emoción, la bravura y la protección del valiosísimo patrimonio ecológico que encierra la Tauromaquia. Es el único criador del toro bravo que le han concedido el premio Nacional y la Medalla de Bellas Artes.
Victorino se ha dedicado a criar el toro que tiene sus virtudes: hermoso, fuerte, bravío, dominador y cuando sale a la plaza desafiante. No tiene nada que ver con los animales acobardados y mansos. Virtudes del toro bravo que cantaría Miguel Hernández: /Los bueyes mueren vestidos de humildad y olor a cuadra; /las águilas, los leones y los toros de arrogancia; /y detrás de ellos, el cielo ni se enturbia ni se acaba/. Miguel Hernández el poeta comunista llega a identificar al toro bravo con el pueblo español para gloria de su cultura.
Hay que dar gracias a Dios y a la Naturaleza por tener un animal así. Ahora unos indocumentados sin ideas ni principios, con ideologías torcidas que dudan entre su madre y su perro, pretenden mandar al matadero a los toros bravos y a las madres bravas que los engendran, no les importa que desaparezca uno de los animales más bellos y bravíos de la creación.
¿Qué pretenden con esto los animalistas profesionales, dejar sin libertad a quienes entran en las plazas de toros? ¿Y no dicen nada cuando muere un niño una mujer o un hombre por las mordeduras de perros diseñados para matar? Los perros muerden todos, algunos matan les guste o no a los animalistas. ¿Qué les están haciendo a los perros? Están diseñando nuevas razas que están destrozando su salud, algunos se quedan ciegos otros sordos y hasta en enanismo. Los perros nos ayudaban a cazar, nos protegían, cuidaban de nuestras casas y jugaban con nosotros. Esa amistad ha llegado a su fin. Se les mima más que nunca, pero eso no es lo mismo que quererlos, se les tiene como reyes de la casa. Hasta que dejan de serlo. En un informe de las protectoras de animales, informan de que se compran para regalar más de 250.000 animales al año y se abandonan a unos 137.000 antes del año. Pero abandonarlos no es la única “humanada” que les hacen. Se están mutando unas razas para que nos hagan compañía y molesten lo menos posible, los perros se pasan la vida en la consulta del veterinario, para beneficio de los laboratorios, siguen cruzándolos para sacar una tendencia de perros cómodos, pasivos, sin temperamento, como si fuera una moda, en vez de razas, marcas. Igualito que el toro de Victorino, el animal más natural de la creación. ¡Haber que premios y medallas les dan a estos animalistas profesionales, creadores y defensores de marcas de animales! Cuando se unen la ignorancia y la arrogancia, el resultado tiene que ser necesariamente catastrófico, pretender igualar a un ser humano con un animal, es la disolución de los valores y de la familia. A los animales se les debe querer y cuidar. Pero nunca transformar ni eliminar ninguna especie…