El torero de Linares no ha padecido ninguna enfermedad, pero es como si le hubieran tenido ‘hospitalizado’.
Resulta que allá por mayo, día 6, toreó en Colmenar de Oreja -era su tercera actuación de la temporada- y desde ese día hasta el pasado 6 de agosto, -tres meses justos después- en Socuéllamos, no hemos conocido otro paseíllo suyo vestido de luces.
Y resultó que estaba vivo, muy vivo, y tuvo una actuación a la altura de su clase y categoría. De nada sirvió la condena al ostracismo a la que le habían sometido las empresas, él solo se encargó de proclamar que atraviesa su mejor momento.
Desde que se abrió de capote, algo que debería practicar más a menudo, mostró que la espera no había sido en balde. Que cuando se espera es cuando más se añeja y curten las cualidades que se atesoran. De ahí que lo que sucedió fuera un triunfo cabal.
Y en este resurgimiento han ido apareciendo más plazas que le han podido contemplar. En Baeza las crónicas cuentan y no acaban, después Cebreros y hasta ayer en Perú todas sus actuaciones se cuentan por triunfos, sinónimo de buen toreo pues las orejas no las corta pegando, precisamente, molinetes de rodillas.
Y de inmediato más corridas anunciando al linarense. En los próximos días será posible verle torear en: Toro (Zamora), Sabiote (Jaén), Antequera (Málaga), Linares (Jaén), Daimiel (Ciudad Real), Calatayud (Zaragoza)… estas tres últimas con toros de Victorino Martín. Actuaciones por toda la geografía española, para que a todos los aficionados nos pille cerca.
Por fin un calendario de actuaciones que se corresponde con sus condiciones toreras. Un torero que se necesita ver más en el circuito taurino y que debería ser, por méritos propios, en el circuito de las grandes ferias.
Su toreo no está adulterado, siendo así desde sus comienzos, por lo que se puede afirmar que su clasicismo permanece intacto y que, curiosamente, es el que gusta y es preferido por los aficionados más cercanos a esa quimera que es la degustación del arte, la inspiración y la naturalidad, todo en uno.
Ojalá que Curro Díaz persevere en los triunfos, de su toreo no tenemos ninguna duda, y que estos griten y clamen en ese desierto que suponen las empresas que le tienen olvidado. Un torero que no nos podemos permitir los aficionados que le tengan en el olvido. De momento, él se está encargando de reclamar su puesto con actuaciones como las que ahora se están sucediendo.
¡¡Que siga la racha Curro!!