Hay un refrán que dice ‘más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer’. En esas estamos con la televisión de los toros.
Se está cumpliendo el refrán al pie de la letra con las retransmisiones de toros en esta temporada. Todavía está en el aire el cómo las vamos a poder presenciar. La apuesta de One-toros y/o Mundotoro tv, marcha dando tumbos generando lógica desconfianza entre los aficionados.
El día 15 era el día señalado para dar a conocer todo lo relacionado con esta nueva plataforma que nos iba a ‘subir a los cielos’ con tanta modernidad. Hoy, donde hemos ‘subido’ es a los infiernos con el descontrol que se ha generado. No ha empezado todavía y ya echamos de menos a Canal Toros de Movistar.
¿Podrán los aficionados ver toros en la tele sin ser duchos en internet?
Veremos. Parece ser que a lo mejor, recalco lo de a lo mejor, vamos a poder ver las corridas de Sevilla, Madrid y sucesivas retransmisiones, justo a través de Movistar. Dada la improvisación de esta nueva aventura, que van dando tumbos, o cabezazos contra la pared, al descubrir que a los aficionados, en su mayoría veteranos, eso del streaming les suena a chino y que las suscripciones van a tener que hacerlas los que en lugar de ir a los toros van a las discotecas.
Difícil situación después de haber apostado tan alto por algo que era, más o menos, el cuento de la lechera. Ahora parece que más que apostar hemos de llamarlo arriesgar. Es cierto que en el mundo del toro, lo hacen los toreros, se debe apostar y arriesgar, pero todos sabemos que hay que hacerlo con mucho bagaje de técnica y conocimientos. Aquí se concluye que les ha faltado y de ahí la voltereta que veremos si no termina con un percance serio.
De prisa y corriendo intentan poner un parche, que se necesita grande, para que los toros lleguen a esos aficionados, que esperan, cómo les tiene que llegar. Es decir, sin tener que hacer un curso en redes sociales para ver lo que más les gusta. Con encender el televisor les basta, sin que tengan que hablarles de Smart tv.
Sin precipitarse tanto podían haber hecho un estudio mucho más ajustado a los clientes potenciales que les iban a comprar la idea y se hubieran dado cuenta de que, como mucho, una cuarta parte de ellos a lo más que llegan es a tener ‘guasap’.
Dicen que están negociando para corregir el entuerto. Esperemos que así sea y que en la anunciada fecha del próximo 28 proporcionen certezas para que pueda ser viable el más que improvisado ‘gran proyecto’ y comiencen a recibir clientes y adhesiones. De no ser así, el 9 de abril está muy cerca, habrá que pedir a las autonómicas que nos echen un cable y nos saquen las castañas del fuego. Claro que el caché pretendido y ofrecido, dejará de ser el del cuento de la lechera.
Se podría exclamar ¡¡Que nos dejen como estábamos!!