Con esta terminología suelen anunciarse los carteles en los que aparecen tres figuras de esas a las que todos adulan.
Son los términos que suelen utilizarse por esas webs que dedican su tiempo a dar jabón permanente a quienes ocupan los primeros puestos del escalafón.
Hoy traigo yo aquí esa terminología y no necesito encopetadas figuras en el cartel, me basta con que sean toreros ¡Y qué toreros! Son de Cáceres, provincia no muy dada a tener torero o toreros. Pues ahí están, dos por falta de uno.
Juan Mora y Emilio de Justo se verán las caras en su tierra, abriendo esa bella plaza en evitación de que quede en desuso. Tauroemoción, nos da la oportunidad de ver toros en Cáceres y eso, en sí mismo, ya era una novedad.
Pero, además, lo hace por todo lo grande. Primero acordándose de quien no se acuerda nadie, al margen de los aficionados, Juan Mora. Un torero con todos los méritos y valores que deberían ser el salvoconducto para ser anunciado en todas las ferias, y que la ceguera de los empresarios lo impide de forma obstinada y continuada.
Un privilegio tener al torero de Plasencia anunciado, lo que permitirá la peregrinación de muchos aficionados hacia la bella ciudad extremeña. Sin duda, una de esas citas que no hay que perderse en la temporada, tan ajena a tocar la sensibilidad de los aficionados de verdad. De quienes torean todas las tardes solo se puede esperar más de lo mismo, aunque ello solo sea el toreo plastificado y ñoño que no hace vibrar, ni sentir, a nadie.
Junto a Mora, uno de los toreros recuperados para autentificar el toreo, Emilio de Justo. Otro olvidado del taurinismo imperante. Tras diez años curtiéndose en el olvido, es precisamente esta empresa, la que organiza este cartel, quien le saca del olvido para hacer realidad su sueño, y su verdad, por todos los ruedos. Un torero que el pasado año mostró sus credenciales, terminando por salir en hombros, como su compañero y paisano, en la Feria de Otoño de Madrid.
Dos toreros capaces de practicar el toreo bello, pero también el de verdad, el auténtico, ese que se hace sin ventajas, respetando, al tiempo, el sitio que debe ocupar el toro.
De acontecimiento debemos calificar este festejo que ha de celebrarse el 2 de junio en Cáceres. Dos toreros diferentes pero igualados en el respeto a la Fiesta y su grandeza. Una oportunidad que debemos agradecer y aprovechar para intentar que nuestra querida Fiesta, y el toreo, no pierda su esencia y su verdad.
Existe un toreo mejor que el que se ve a diario, pero parece que hay que salirse de las ferias para poder verlo.