El linarense no es un nombre cualquiera en el escalafón. Curro Díaz no es uno más y no debe ser uno menos.
La temporada que ahora acaba ha sido atípica por muchas cosas, pero una muy significativa, diría que dolorosa, ha sido por el hecho de haber sacado a este torero del primer circuito.
Dadas las circunstancias habidas, que un torero haya sumado quince paseíllos parece un número decente, pero ni lo ha sido por el número ni por las plazas en las que se ha visto anunciado el torero de Linares.
Es más, en un año en el que se han visto reforzadas las oportunidades para los toreros que se salen del guion del pegapasismo, se ha echado de menos la inclusión en esos carteles de Curro Díaz que, sin duda, es uno de los toreros que aporta algo diferente a la hora de torear.
Grato ha sido el ver cómo toreros de buen corte, de excelsa expresión a la hora de torear, han gozado, y nos han hecho gozar, de paseíllos suficientes como para haber inundado los ruedos de torería, de naturalidad, de ese buen hacer que aporta la pureza y la sensibilidad. Se puede decir que han conseguido despertar a muchos aficionados cuya afición estaba alicaída.
También Curro, en ese otro circuito en el que se ha movido, o en el que le han dejado moverse, y gracias a los canales de televisión de Castilla la Mancha y Canal Sur, ha podido llegar a los aficionados con un puñado de actuaciones de alto nivel. La categoría de las plazas no sería la misma, pero sí lo ha sido el toreo ejecutado con sus muñecas.
El máximo ejemplo lo tenemos en el pasado día de la Hispanidad con su actuación en Montoro, realizando una gran faena premiada con los máximos trofeos ante un jabonero de Fuente Ymbro. Daba igual para el telespectador, a excepción de la presentación del toro, que fuera Montoro o fuera Madrid, el toreo expresado llenó también la alicaída afición de unos cuantos, y no solo de los aficionados de Linares.
Que nos pongan a Curro Díaz… es un grito de exigencia a las empresas para la próxima temporada. Contar con él junto a esos otros toreros que justamente se han puesto en el escaparate, en primera línea, para desbancar la mediocridad que nos atenazaba, es de obligado cumplimiento.
Precisamente porque Curro no es uno más, es por lo que queremos, y se necesita, que no sea uno menos a la hora de hacer los carteles de 2022.