Son muchos quienes ven, han visto, en los carteles de San Isidro 2019, muy poquita calidad. Vamos, que dicen que son unos carteles muy malos.
En este mundo nada es verdad ni es mentira, solo es del color del cristal con que se mira. Ese es un axioma cabal, que deja muy claro que depende con qué ojos se miren las cosas, éstas serán buenas o malas. Lo que, se mire como se mire, es una barbaridad, una brutalidad, es eso de 34 festejos seguidos. Una ‘necesidad’, que obliga a meter muchos carteles que no se sostienen por innecesarios, como si no existiera más temporada en Las Ventas. O lo que es igual, el abono puede con todo y hay que aprovechar.
Pero en cuanto a los carteles en sí, lo que se viene criticando es que faltan toreros, figuras básicamente. Sí señor, faltan por decisión propia, aunque uno se haya metido de rondón y aprovechando la ocasión que le ha brindado la obligada ausencia de Ponce.
Estos lo verán en primera fila, más por sabios que por monos
Yo no estoy tan de acuerdo con esa censura. A mí me llena más ver anunciado a Diego Urdiales que a Manzanares, por poner un solo ejemplo. Iré con más ilusión a la plaza cuando vaya el de Arnedo que si lo hiciera el de Alicante. Los carteles, a salvo a los que nada más les gustan las figuras, tienen atractivo para acudir el aficionado con ilusión durante muchos días.
El citado Urdiales nos dará la oportunidad de ver lo que es la pureza en tres tardes. Paco Ureña trenzará otros tres paseíllos en tardes en las que dará todo y de verdad. Emilio de Justo tres corridas más con las que saborear su buen hacer; Octavio Chacón cumplirá tres días más con la ilusión de ver el valor sin cuento. Por si eso fuera poco, Curro Díaz, Pablo Aguado y Pepe Moral estarán en dos actuaciones cada uno, en las que podemos encontrarnos con el sabor y el arte.
Ya ven, tenemos 18 actuaciones, en 15 tardes, que deberían ilusionarnos de verdad. Pero es que además, y por supuesto, que podremos ver al Rey, Roca Rey, en su gran enfrentamiento deparado por el bombo, con la corrida de Adolfo Martín, además de en dos tardes más. No nos olvidamos de las actuaciones de Castella, Perera, Ferrera, Marín… y hasta El Juli entre otros mcuhos. Un puñado de tardes, casi dos docenas, en las que hay alicientes como para acudir.
De todos, este sí es el ausente. A recuperarse pronto
No me paga nada Simón Casas por decirles esto, es sencillamente que pienso así y no crean que admito discusión sobre mi ilusión de ir a la plaza durante tantos días en San Isidro.
Que quisieran algunos que estuvieran muchas tardes el citado Manzanares, Morante o Cayetano, me parece muy bien, para gustos los colores, pero solo de las figuras, y de su glamour, viven únicamente los que no tienen otra visión de la fiesta.
Según se mire, y quién lo mire, los carteles son buenos, malos o regulares. Para mí, por fin, vienen toreros que merece muy mucho la pena ver. Disfrutar de grandes toreros olvidados es una oportunidad que ya nos merecíamos muchos cansados del sota, caballo y rey, además de la inaguantable rutina.