Con este lema se ha puesto en marcha una campaña a favor de la Tauromaquia.
El sector se ha sentido tan humillado, tan discriminado, que han salido en tropel en defensa de lo suyo. Es normal esta reacción, llevamos demasiado tiempo aguantando esta marginación y se puede decir que casi no se había abierto ni el pico.
Pero el ministerio de cultura ha abierto la caja de los truenos. Ha colmado el vaso de la paciencia. No se puede tratar peor al gremio taurino, en el que se incluye también a los aficionados, a los espectadores.
Estos últimos ya sufren su discriminación en el tratamiento que se le da al IVA, que termina pagando en la taquilla; ahora, también en la delimitación del espacio para acudir a las plazas, algo totalmente inasumible e inaceptable. Otros espectáculos y formas de ocio son tratados de muy distinta manera.
Existen otro tipo de reacciones de los taurinos que se han echado siempre de menos, en busca de la más profunda renovación del compromiso que ha de asumirse con la defensa de los encastes, con el justo equilibrio a la hora de contratar a los toreros, con no cruzar con tanto exceso las rayas rojas que acercan a las ventajas y la comodidad en detrimento de la autenticidad, por lo que no sé si la defensa del sector es tanto para con lo nuestro, con la sufrida afición.
Pero esta lucha es justa y necesaria, es cierto, la cultura no es censura. Nada puede, ni debe, censurarse en la cultura. A nadie, medianamente sensato, se nos ocurriría intentar prohibir o arrinconar, censurar, en suma, las gaitas en Galicia o en Escocia, los fados en Portugal o la sardana en Cataluña. Son sus pueblos, sus gentes, quienes tienen esas actividades adoptadas en su cultura y tampoco nadie nos obliga a practicarlo o a que nos guste.
Televisión española se atrevió a realizar una encuesta en su red social de Twitter, a preguntar si el toreo tiene el mismo derecho a ser tutelado, como el cine y otras artes, por el Ministerio. Tenían, de seguro, la intención de obtener, tendenciosamente, una aprobación a la conducta que para con la Fiesta ya tiene el Ente televisivo, pero les ha salido mal la jugada. Una mayoría, 54%, aprueba que la Tauromaquia sea tratada de igual modo que otras artes.
Quizá les habría ido mejor si la encuesta la hubiera hecho el CIS de Tezanos. Pensaban que se lo iban a llevar de calle y por eso no lo hicieron de forma ‘tezana’.
Lo cierto es que el mundo del toro se mueve y lo hace con toda la razón. Ahora es el momento de estar juntos para exigir al ministerio lo que es nuestro, y lo primero que es nuestro es el derecho a la protección de la Tauromaquia, además del derecho a pedir la dimisión o el cese inmediato del ministro, Rodríguez Uribes.
¡¡La Cultura no se censura!! Alto y claro.