Con este solo titular podrían resumirse las diferencias entre lo sucedido ayer y hoy en la Aste Nagusia.
Ayer llovió durante todo el festejo y por si fuera poco esa molestia el agua era fría, condicionando la temperatura ambiente para los asistentes y los lidiadores.
También el público fue más frío ante lo que vio en la plaza y aunque se concedieran dos orejas, como hoy, tenían un peso muy diferente a las de este festejo. El Cid y Emilio de Justo, sobre todo este último, calentaron las embestidas frías y cortantes de los victorinos con toreo de verdad.
Distinta ha sido la tarde de hoy. En primer lugar por la usencia de lluvia y después porque no es lo mismo enfrentarse a un encierro de Albaserrada que a otro de Torrestrella. Las diferencias son muchas, incluso en el pelo: Uniforme cárdeno lo de Victorino, y pase de modelos de capas diferentes en la de Torrestrella.
Toreo serio, muy serio, ayer; toreo alegre y bullicioso hoy. Mira que es alegre Román, el torero valenciano, pues le supera Luis David, el Adame pequeño.
Esa alegría y ese bullir, que no el toreo ejecutado, le ha permitido al mexicano conectar con facilidad. Yo diría con demasiada facilidad, con los tendidos. Unos tendidos hoy más vacíos que ayer, pero con un público más festivo y agradecido a los toreros. Un público que deja muy por debajo la exigencia de una plaza de primera.
De ahí lo de Aguascalientes en nuestro titular, ciudad origen del torero mexicano, pues ha obtenido trofeo en cada uno de sus toros -un gran lote sin aprovechar debidamente-, incluso el público ha puesto en apuros a D, Matías con la petición de un segundo trofeo en el sexto. El presidente se ha mantenido en su sitio aceptando la petición mayoritaria, pero no el premio mayor que le abriera la puerta grande y que hubiera teñido de negro-arena el prestigio de la plaza.
Destacable es que la plaza, el público asistente hoy, parecían todos hidrocálidos de lo satisfechos que han parecido estar con una actuación muy por debajo de las condiciones de los toros de su lote.
Román también pudo obtener alguna oreja pero su puntillero no le hizo mucho favor con sus reiterados fallos con la puntilla. Por momentos, solo a ratos, el valenciano recobró el sitio que ocupaba allá por San Isidro. Está en vías de solucionar la merma.
Álvaro Lorenzo se topó con dos ejemplares menos calientes a los que les opuso mucha frialdad, insípido e incoloro ha estado el manchego, lo que hizo que su actuación pasara totalmente desapercibida.
Hoy la plaza de Bilbao era Aguascalientes.