El pasado jueves tuvimos una nueva incorporación de la mujer en el mundo de los toros. En Las Ventas se estrenó una alguacililla.
Rocío López ocupó uno de los dos puestos de alguacilillos que hacen el despeje de plaza en la Monumental de Las Ventas de Madrid. Por supuesto que hubo de realizar el resto de las tareas que le corresponden al puesto durante el festejo. Incluso debutó entregando una oreja, lo que en Madrid es sinónimo de suerte, dado que tampoco se conceden todos los días.
Rocío López haciendo historia en Las Ventas
Un paso más, aunque no nuevo en otras plazas, este que se ha dado en Las Ventas siendo, como es, la plaza más importante del mundo. La mujer siempre es, también en los toros, bienvenida -por cierto, apellido muy taurino- aunque todavía haya alguno que pueda ponerle pegas a su presencia.
Otros puestos ya han sido ocupados por ellas, con más tenacidad que ventajas en su obtención, pero eso dice mucho, muchísimo, de ellas. Llegaron para quedarse y se han hecho visibles en cada una de las parcelas que desarrolla la tauromaquia.
En estos mismos días hemos conocido como una mujer árbitro -no me gusta llamarle árbitra- va a ser quien dirija uno de los partidos de fútbol más importantes de la temporada, la Supercopa de Europa, auxiliada en las bandas por dos compañeras. Otro hito para la mujer, éste en el ámbito del fútbol.
Volviendo al mundo de los toros, han ocupado lugar principal en el escalafón de matadores de toros, como Cristina Sánchez, u otras como Mari Paz Vega o Conchi Ríos, por citar otros ejemplos. En el mundo del rejoneo incluso se han puesto en cabeza del escalafón, como en la actualidad lo hace la francesa Lea Vicens.
Apoderadas, periodistas y fotógrafas, pueblan ya los callejones de las plazas de toros, los medios de comunicación y las televisiones. A nadie nos extraña verlas de forma cotidiana. También escritoras de temas taurinos, con dilatada obra, como Muriel Feiner.
Orgulloso de estar a su lado: Junto a Cristina Sánchez y la escritora Muriel Feiner
Existen también mujeres al frente de ganaderías de relieve, presidentas en los palcos durante los festejos, mulilleras y alguacilillas, con el importante y reciente empujón de Rocío en Las Ventas. Y no me voy a olvidar de magníficas aficionadas, que suman esfuerzos para que el espectáculo no sea solo un simple pase de modelos sin compromiso con la propia integridad de la Fiesta.
Bienvenidas sean todas ellas, nada se les debe de impedir para que desarrollen, según sus distintas actividades y capacidades, aquellos puestos profesionales que deseen en sana y libre competencia con los hombres.
La presencia de la mujer en los toros siempre debe ser una buena noticia.